Las familias residentes en España vieron caer su riqueza financiera neta al término del segundo trimestre de 2012 el 7,6% en comparación con el periodo inmediatamente anterior y bastante más, el 16%, si la comparación se hace en términos interanuales. Según los datos que ha publicado el Banco de España, esto significa en cantidades absolutas que las familias terminaron junio con 58.112 millones de euros menos que en marzo, lo que supone un "empobrecimiento" financiero inferior al interanual, ya que frente a junio de 2011 su riqueza financiera se redujo en 138.237 millones.

De esta forma, la riqueza financiera neta -diferencia entre los ahorros que atesoran las familias y los préstamos que tienen concedidos- se situó en 702.549 millones al final del mes de junio, frente a los 760.661 millones de marzo y frente a los 840.786 de junio de 2011. Los activos financieros de los hogares españoles -dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- sumaban 1,632 billones de euros al finalizar el segundo trimestre, por debajo también de los 1,685 billones del trimestre anterior.

Esta bajada se explica, en su mayor parte, por la reducción de las inversiones que tenían las familias en acciones, tanto de empresas cotizadas como de las no cotizadas, ya que, según los analistas consultados, la crisis hace que prefieran destinar sus ahorros a depósitos antes que invertir en bolsa y otros títulos. En concreto, las familias tenían 383.821 millones de euros en Bolsa y otras participaciones a cierre de junio, cantidad que era unos 40.000 millones de euros inferior a la de marzo, al tiempo que los depósitos habían crecido en 15.000 millones en tres meses, según los datos del Banco de España.

Por su parte, los pasivos financieros de las familias -los préstamos a corto y a largo plazo y otras cuentas pendientes de pago, como créditos comerciales y anticipos- subieron ligeramente a 930.214 millones a final de junio frente a los 924.839 millones que había en marzo y a los 953.631 millones de un año antes. Los préstamos a corto plazo habían crecido en un trimestre el 18,2%, hasta alcanzar los 35.488 millones, lo que refleja un mayor consumo con pago aplazado, ya que estos créditos se suelen emplear para adquirir bienes como televisiones o automóviles. En cambio, los préstamos a largo plazo continuaron bajando un trimestre más, el 2%, en reflejo de la crisis económica que atraviesa España, que retrae a la clientela a la hora de pedir financiación y hace que las entidades endurezcan las condiciones. En concreto, al finalizar junio, las familias residentes en España acumulaban 858.819 millones en préstamos a largo plazo, 32.838 millones menos que un año atrás y 8.435 millones menos que en marzo.