El Fiscal

El problema con los palos de los móviles

Un día tendremos un problema con los palos que alzan los teléfonos móviles y se meten hasta la cara del crucificado o de la virgen. Por supuesto molestan a todos los que están detrás y afean el momento. En los años ochenta sufrimos el efecto de las antorchas que se encendían para granar la Semana Santa nocturna. Años después, las cabezas calientes de las cámaras de televisión. Y el año pasado la plaza de San Francisco parecía Old Trafford con la cámara similar que se usa en los partidos de fútbol y que permite perspectivas antes imposibles. Pero estamos viendo que el uso de los palitos es mucho peor porque están en manos de aficionados y, por supuesto, de irresponsables. Cada tiempo tiene sus problemas. Sillitas, palos, público crispado que no sabe moverse, el temor interiorizado de cada Madrugada... Los males de la Semana Santa que nos ha tocado vivir.