El Fiscal
Los fogonazos de la Piedad
Sevilla/Ahora hay que reservar la papeleta de sitio como si fuera la mesa de un restaurante para un sábado a mediodía. Se mete uno en la página web y efectúa una selección fría y sin gracia. ¡Se supone que todo es para mayor comodidad y seguridad del proceso! Cada ves quedan menos cobradores, de esos que van por los domicilios con los cartoncitos, y cada vez hacemos un mayor uso virtual de todo. Lo mejor de reservar la papeleta es cuando no te deja pedir la bocina, solamente elegir el color de la cera o el paso. Por más que uno aprieta la pestaña de la bocina... ¡no hay manera! Ahí sí se exige la presencialidad. Ay, pájaros. Hay cosas que no cambian y conviene hablarlas en persona. Qué maravilla, chiquillo, que diría Antonio Garrido.
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