COMO en una novela de misterio, parece que el secreto de los nueve triunfos consecutivos de Francisco Toscano (Sevilla, 1949) en las elecciones municipales de Dos Hermanas está en las estatuas. En la plaza de la Constitución, donde se encuentra la Casa Consistorial, poemas de Antonio Machado, Miguel Hernández y Vicente Aleixandre completan la dedicatoria a los hijos y vecinos de la localidad que dieron su vida "en defensa de sus ideales", en inscripción de 1983, cuando Toscano sucede en la alcaldía al comunista Manuel Benítez Rufo.

"Entre dos oscuridades, un relámpago". Así empieza el poema del Nobel Aleixandre. Entre dos oscuridades, la marea del PP de 1995, la marea de Podemos en 2015, este abogado laboralista, alcalde desde el 23 de mayo de 1983, resistió ambos embates de alisios y contralisios.

El segundo mensaje escultórico está en la frase de Blas Infante que acompaña la estatua del notario de Casares. "Un pueblo no se improvisa. Es la estatua que más se tarda en modelar". Toscano lleva 32 años modelándola. El día después, paseaba por la calle Nuestra Señora de Valme, patrona de la localidad, en compañía de Basilia Sanz, su esposa, María Isabel, su hija, 10 años, "la fan número uno de su padre", y Agustín Morón, profesor universitario y portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento.

Además de Beto, el perro al que sujeta la niña, la novena de la prole. Toscano tiene seis varones de su primer matrimonio y Basilia es madre de niño y niña. "Beto no es por el portero del Sevilla. Es como mi hija llamaba a su hermano Carlos Alberto, al que le daban mucho miedo los perros".

Cuando nació Luis Alejandro, 21 años, camarero del bar Vertic, ya estaba Toscano en la Alcaldía, como el dinosaurio de Monterroso. "Viene a comer con su familia, a tomar un helado". Este joven muestra en el móvil la foto que el dueño del bar, José Emilio, se hizo con Toscano y Pedro Sánchez en la visita del líder socialista.

"Es información privilegiada", bromea Eloy Rivas, cocinero del bar Jaula, cuando cuenta que la intención de Toscano es delegar la Alcaldía en un compañero más joven. "Hay mucha gente trabajando, lo limpio que está todo". Juan Rodríguez es el hijo de quien hace más de medio siglo abrió este Kiosko de Paco donde hay un cartel del homenaje que la 59º edición del Potaje Gitano de Utrera hará a Los del Río, nazarenos universales. Llega al kiosko un joven con la camiseta del Atlético Dos Hermanas, que ha subido a Tercera Andaluza. "En Utrera y Alcalá de Guadaíra son más del Sevilla y en Dos Hermanas del Betis". No tienen un equipo de élite -en Segunda B lo entrenó Lucas Alcaraz-, pero Toscano le ganó un pulso a Florentino Pérez. "El presidente del Madrid quería su propia plantilla en la empresa de mantenimiento de parques y jardines y de basuras, y Toscano dijo que ni hablar", cuenta Eloy.

Frente al bar Jaula está Nefertiti Nails, un local de rayos Uva, estilismo de uñas, estética y belleza. "Era la Casa del Pueblo", cuenta Toscano. Por mediación de Manuel del Valle, otro coleccionista de mayorías, esa casa de la calle San Rafael se convirtió en germen de lo que después ha ocurrido en Dos Hermanas. Sindicalista desde 1975, este sevillano de la calle Trastamara, octavo de catorce hermanos, ingresó en el PSOE en 1979, el año de las primeras municipales, cuando el partido renunció al marxismo.

En 1978, un año después de la matanza de Atocha, vivieron en ese mismo local una agresión de ultraderechistas. "Un chaval con un pasamontañas me puso una pistola en la barriga. Conseguí reducirlo con la ayuda de dos mujeres fuertes, del mundo de la aceituna. Pepote se libró porque había ido a tomar café".

Quince concejales del PSOE, cuatro del PP y Sí se Puede, dos de C's y otros dos de IU. "La fórmula me la preguntan más los periodistas que los compañeros de partido". Se pone en la piel de Zoido. "Un hombre al que aprecio y estimo. Fue juez de Utrera y Dos Hermanas es de ese partido judicial. Hemos coincidido en Emasesa".

"Es un alcalde ejemplar de un pueblo ejemplar", dice de Toscano Ana María Tornay, ordenanza de instituto. "Sólo hablé una vez con él. Me vio perdida. Le dije que estaba buscando al alcalde. Llamó a una asistenta social y le buscó una ayuda de 40.000 pesetas durante seis meses a mi hermana, con tres niños, el marido enfermo y el piso embargado".