Elecciones

Guerra de etiquetas

  • Extremistas y radicales fueron ayer algunos de los calificativos usados en Córdoba en campaña por parte de unos para referirse a los otros y viceversa

IR a escuchar en menos de una hora cómo dos opciones políticas que son máximas rivales en campaña te convencen de que no hay que votar a la otra acaba a veces por confundirte. Uno no sabe ya quienes son los radicales y extremistas ni quienes los moderados. Primero, el excoordinador general de Izquierda Unida Cayo Lara pasó ayer por Córdoba con la marca Unidos Podemos combatiendo las acusaciones del PP con un "pararadical y extremista", un partido [el popular] que a su juicio ha dejado en cuatro años a España poco menos que como un solar. "Es el partido que ha estado oponiéndose sistemáticamente a que a la gente no la echen de su casa y que ha conseguido que no se haya subido el salario mínimo interprofesional, con lo que tenemos un salario mínimo que es de los menores de Europa; esa es la herencia que nos deja en síntesis el PP y por tanto hay que echarlo del Gobierno", dijo para justificar que el partido que es realmente "extremista y radical" es el de Rajoy. Y más curriculum de partido "extremista y radical" [el PP]: dijo que, "hoy, seguir votando al PP es decidir tener la corrupción como animal de compañía; creo que no se puede definir mejor la expresión de la gente que legítimamente está pensando en darle el voto al PP".

Y más leña al fuego. O sea que lo radical y extremista "es la desigualdad y la pobreza que han creado en este país, con 13 millones de personas que están en el umbral de la pobreza, y lo que también es radical es que siga habiendo evasiones de recursos y fraude fiscal llevándose su dinero a otros países y no pagando sus impuestos a Hacienda".

Segundo, el portavoz del PP en el Parlamento europeo, Esteban González Pons, pasó también por Córdoba para hablar también de impuestos y de "extremistas y radicales"; obviamente, atacando al gran enemigo electoral que viste de morado teñido de rojo, ese que, como recordó Cayo Lara, va ganando peso en las encuestas y ya asusta al PSOE. González Pons, que se reunió en la Cámara de Comercio con el presidente de la misma, Ignacio Fernández de Mesa, alertó de que Podemos "no sólo te pide el voto, sino también tu dinero". ¿Y cómo te va a vaciar los bolsillos Pablo Iglesias cuando se siente en La Moncloa? Pues, según el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, subiendo el IRPF 10.000 millones de euros más al año, y el impuesto de sociedades un 30%, lo que a su juicio supondrá la desaparición de "miles y miles" de pequeñas y medianas empresas y "miles y miles" de puestos de trabajo, además del empobrecimiento a lo bestia de la clase media. "Subir el IRPF como lo quieren subir no significa subirle los impuestos a los ricos, sino a la clase media; casi todos los españoles y españolas a las que la declaración de la renta les ha salido a devolver, les saldría a pagar si gobierna Iglesias", auguró González Pons, quien puso al PP como ejemplo de adalid de la economía y de la creación de empleo.

Pero volvamos a Cayo Lara, porque también tuvo tiempo -provocado por los periodistas- para lanzar un consejo al PSOE en "esta dura campaña" en la que los socialistas escenifican el nerviosismo que le provocan las encuestas arremetiendo contra IU por su unión con Podemos. "Creo que el PSOE tendría que tener muchísima prudencia en esta campaña; no es nuestro adversario, no es el que está en el Gobierno, y estamos juzgando la acción de un Gobierno del PP de cuatro años y ocho meses de propina. El PSOE tendría que tener mucha prudencia, porque tenemos memoria en este país", apostilló. Esa memoria la resumió en los últimos años de Rodríguez Zapatero en la Moncloa, con sus reformas laboral y de las pensiones.

Eso sí, el excoordinador de IU no se marchó sin vender pinceladas del programa de Unidos Podemos, como un plan especial de empleo para parados de larga duración o restituir todas las plazas públicas que se han perdido en Sanidad, en Educación y en Bienestar Social, "por esa tasa de reposición que aplicaron los gobiernos del PP y socialista".

Hablando de socialistas. Ayer tocaba en Córdoba pasear por el padre de todos los mercadillos de la ciudad, el de El Arenal, donde la candidata al Senado Salud Navajas repartió propaganda electoral. Allí, Navajas apostó por que la ciudadanía recupere "los derechos perdidos" en los últimos cuatro años y para ello "los socialistas mantenemos nuestro compromiso de derogar la Ley Mordaza, que ha supuesto uno de los mayores recortes en derechos". Navajas explicó que "esta ley afecta gravemente a los derechos constitucionales y algunos principios jurídicos y tiene como objetivo sancionar al disidente, al que protesta, al considerar que quien protesta altera, no la seguridad, sino la tranquilidad pública". Además, esta ley se aprobó con la mayoría absoluta del PP y con la oposición del PSOE, ha recordado. En su opinión, el único objetivo de esta ley es acabar con las protestas sociales "que tan poco le gustan al PP", y en lugar de eso "lo que debería haber hecho la derecha es impulsar las políticas sociales, rectificar su política económica y frenar la desigualdad que ha generado en España en los últimos cuatro años".

También tenía pensado hacer el recorrido electoral por El Arenal una expedición electoral de Ciudadanos Córdoba con el número 1 de la formación naranja al Congreso de los Diputados, Marcial Gómez, a la cabeza. Pero, su gozo en un pozo. Llegaban informaciones de que los socialistas ya habían tomado el mercadillo, por lo que decidieron, tras montar en la barriada de Cañero la carpa con la que van buscando el voto por la ciudad, recorrer en bicicleta las zonas aledañas para repartir su propaganda electoral.

Por cierto, votantes ocasionales del PSOE y de Ciudadanos o aquellos que no les guardáis fidelidad extrema a esas siglas pero habéis depositado papeletas en las urnas con ellas, González Pons dejó ayer un mensaje para vosotros: "El Partido Popular pide el voto a todos los cordobeses con independencia de que hayan votado antes al Partido Socialista o a Ciudadanos". O sea, nuevo guiño a esa gran coalición que propuso Rajoy, ya que desde el PP tienen claro que "después del 26 de junio sólo habrá dos opciones de gobierno, o gobierna Rajoy o gobierna Iglesias".

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