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Rocío 2022

  • Casi 900 agentes de la Guardia Civil de Sevilla se despliegan estas dos semanas por las carreteras y caminos en auxilio a los romeros

  • El Seprona patrulla los caminos con motos ligeras y el GRS garantiza el paso por puntos críticos como el vado del Quema

  • Rocío 2022: Villamanrique, fortín del arte campestre

Los guardianes del camino

Dispositivo de la Guardia Civil en el camino al Rocío / Antonio Pizarro

"Hemos tenido suerte. Lo normal otros años es que aquí ya estuviera haciendo un calor insoportable". Habla un motorista del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que se dispone a realizar una patrulla por los caminos partiendo del puesto de mando avanzado del cuerpo, junto al vado del Quema. Es miércoles 1 de junio.

La temperatura no sobrepasa los 25 grados, está nublado y corre algo de aire. Sólo cuando las nubes dejan paso al sol aprieta un poco el calor. Pero se lleva bien. Las hermandades del Rocío de Isla Mayor y de Salteras acaban de pasar el río Guadiamar y pronto lo harán Santa Fe, Granada y Valencina de la Concepción. Hay poca agua en el Quema este año.

Dos agentes del escuadrón de Caballería de la Guardia Civil vigilan el vado del Quema. Dos agentes del escuadrón de Caballería de la Guardia Civil vigilan el vado del Quema.

Dos agentes del escuadrón de Caballería de la Guardia Civil vigilan el vado del Quema. / Antonio Pizarro

Hay quien se aposta en uno de los altos junto al vado a ver cómo pasan las carretas, al otro lado del monumento a la Virgen del Rocío. Son sobre todo romeros viejos, cansados, aunque también hay algún joven que quiere ver el paso de su hermandad y ha llegado hasta donde ha podido con el coche para luego hacer una buena caminata andando.

En vehículo a motor es imposible llegar al Quema. Hay varios filtros de la Guardia Civil, concretamente de una de las unidades de elite del cuerpo, el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), que se ha desplegado en un perímetro de unos cuatro kilómetros en torno al vado, considerado un punto crítico de la peregrinación.

Un motorista del Seprona patrulla por uno de los caminos. Un motorista del Seprona patrulla por uno de los caminos.

Un motorista del Seprona patrulla por uno de los caminos. / Antonio Pizarro

Por aquí pasan más de 50 hermandades y un buen número de asociaciones. La Guardia Civil se encarga de garantizar el orden y que se cumpla el plan establecido: los vehículos de tracción animal pasan por el vado y los de tracción mecánica por arriba, por un puente cercano. No suele haber problemas con esto y los agentes apenas intervienen. Eso sí, de años atrás hay anécdotas de todo tipo que cada guardia se reserva para sí. 

Un agente del GRS observa el paso de una carriola. Un agente del GRS observa el paso de una carriola.

Un agente del GRS observa el paso de una carriola. / Antonio Pizarro

En este 2022 todo transcurre con normalidad. Para un neófito en asuntos rocieros como el que esto escribe, da la sensación de que el plan Romero está perfectamente engrasado, a pesar de que en los dos últimos años no hubo peregrinaciones por la pandemia del covid-19. Eso hace que, como ocurrió con la Feria de Abril, se esperen aglomeraciones en la aldea durante este fin de semana. Y que se noten las ganas con las que vienen los romeros en este año.

El Sargento Boni, del Seprona. El Sargento Boni, del Seprona.

El Sargento Boni, del Seprona. / Antonio Pizarro

Del puesto de mando parte un grupo de agentes del Seprona, a bordo de motos de campo. Los comanda el sargento Boni, que el día antes estuvieron en la salida de Coria del Río y hoy ya metidos en el camino "puro y duro". Cuenta que el servicio que presta el Seprona estos días es muy variado. "El principal cometido es auxiliar, proteger y dar seguridad a todas las personas que discurren por los distintos itinerarios del camino al Rocío". 

Motoristas del Seprona. Motoristas del Seprona.

Motoristas del Seprona. / Antonio Pizarro

Además de eso, al ser la unidad de protección de la naturaleza, se encargan también de vigilar posibles conatos de incendio y garantizar que no se producen vertidos ni se dejan residuos en un espacio natural protegido como es Doñana. Por el momento este año no ha habido nada que se salga de la norma, aunque el dispositivo no acaba hasta que el último romero no llega a su ciudad o pueblo de origen, y ya los guardias civiles les dan el relevo a las policías locales. De servicios destacados, se le viene a la mente la vez que el Seprona tuvo que asistir a una persona que había sufrido un ataque al corazón. Hubo que habilitar un paso para que llegara la ambulancia. Y se salvó. 

Patrulla motorizada del Seprona. Patrulla motorizada del Seprona.

Patrulla motorizada del Seprona. / Antonio Pizarro

"Pero lo habitual es que tengamos que acudir a pinchazos de ruedas, o que vigilemos el tema del maltrato animal, aunque nos podemos encontrar absolutamente de todo". Por parte del Seprona de Sevilla (el de Huelva también interviene) hay 25 agentes desplegados, incluyendo a la teniente jefe del servicio. Para el trabajo en el camino son fundamentales las motos de cross.

"Son vehículo ligeros, que nos dan mucha versatilidad y facilidad para poder pasar entre carriolas o en lugares donde otros vehículos se quedarían atrapados", añade el sargento. La mayoría de los componentes del Seprona llevan muchos Rocíos a sus espaldas y conocen perfectamente tanto los caminos como los posibles imprevistos que les puedan surgir. 

Paso por el vado del Quema. Paso por el vado del Quema.

Paso por el vado del Quema. / Antonio Pizarro

En torno al vado del Quema está desplegado el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS). Son los agentes especialistas en antidisturbios y mantenimiento del orden público, si bien sus funciones cambian un poco estos días para centrarse más en el auxilio al peregrino y en mantener los puntos críticos del camino libres para que no haya embotellamientos.

Hay 25 agentes de esta unidad en cada turno de mañana y tarde y cubren un perímetro de unos cuatro kilómetros en torno al Quema. Se les identifica rápidamente porque no van de verde, como el resto del cuerpo, sino de negro y con una boina. Por eso, y por su corpulencia, pues se exige una altura mínima de 1,80 metros para entrar en esta unidad.

El teniente Sergio Alejandro Pérez González, del GRS, habla con su sargento. El teniente Sergio Alejandro Pérez González, del GRS, habla con su sargento.

El teniente Sergio Alejandro Pérez González, del GRS, habla con su sargento. / Antonio Pizarro

Se establecen hasta siete puntos de control, con el objetivo de dar fluidez a todo ese tráfico de personas, caballos, carretas, carriolas, tractores y hasta casas portátiles con las que muchos de los peregrinos acuden al Rocío. Al mando del pelotón está el teniente Sergio Alejandro Pérez González, que hace unos meses estuvo con su equipo en La Palma en tareas humanitarias tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja

Un agente del Seprona acompaña a la hermandad de Marbella tras cruzar el Quema. Un agente del Seprona acompaña a la hermandad de Marbella tras cruzar el Quema.

Un agente del Seprona acompaña a la hermandad de Marbella tras cruzar el Quema. / Antonio Pizarro

"El GRS tiene bastante implicación no sólo con el camino de ida, sino también en la aldea y en el camino de vuelta. Hacemos casi toda la secuencia dentro del plan Romero, organizado por la Jefatura y distintas administraciones. El domingo pasado estuvimos en el traslado de la Virgen de Almonte a la aldea, que fue multitudinario. La verdad es que pocas veces he visto tanta gente", explica el teniente.

Romeros a caballo, en un cruce vigilado por la Guardia Civil. Romeros a caballo, en un cruce vigilado por la Guardia Civil.

Romeros a caballo, en un cruce vigilado por la Guardia Civil. / Antonio Pizarro

"Nuestro cometido aquí se circunscribe en esta zona de Aznalcázar en dirección a Villamanrique. Es una zona de mucha tradición para los romeros, pero claro, también es un cuello de botella. Una de las funciones que tenemos aquí es darle fluidez al tráfico, además del auxilio a peregrinos y atender distintas incidencias, como incendios o cualquier otro imprevisto. Dejamos un poco en segundo plano nuestro trabajo habitual, que es el orden público".

Un guardia civil entre romeros. Un guardia civil entre romeros.

Un guardia civil entre romeros. / Antonio Pizarro

El teniente Pérez indica que la intervención del GRS es mínima. Los peregrinos son bastante autónomos y los guardias civiles suelen tratar con la figura del alcalde de carretas en caso de que haya cualquier problema, que acaba siempre en entendimiento.

"Ocurre que todo el mundo quiere estar aquí en el vado, y eso exige estar un poco encima, porque todo el mundo quiere vivir este momento y no se lo quiere perder", dice el oficial, que detalla que la salida del vado es muy pronunciada y siempre tiene que estar libre de personas para que puedan pasar los simpecados tirados por bueyes y los caballos. "Los animales no se pueden parar, no es tan fácil como un vehículo que frena, mete primera y sale. Eso no funciona así".

Listos para el servicio. Listos para el servicio.

Listos para el servicio. / Antonio Pizarro

Mientras, los tractores y demás vehículos a motor pasan por el puente, con lo que los que van en ellos se pierden el paso por el vado. De ahí que haya muchos peregrinos que acudan a esta zona del río y esperen al otro lado el cruce de la hermandad, generando a veces aglomeraciones de público y embotellamientos.

Además de los 50 agentes del GRS de Sevilla, están también desplegados los agentes del escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, que pertenecen también a la agrupación del GRS pero son de una unidad central de Madrid. "Qué mejor lugar para trabajar a caballo que aquí o en el Rocío", añade el teniente, que destaca también la colaboración y el papel protagonista de la hermandad Matriz a la hora de diseñar todo el dispositivo del camino.  

Agentes del GRS. Agentes del GRS.

Agentes del GRS. / Antonio Pizarro

Son casi 900 los guardias civiles de Sevilla que participan estos días en el despliegue del plan Romero. De ellos, más de 350 pertenecen a la Agrupación de Tráfico, que se encarga de velar por el discurrir de las hermandades por las carreteras de la provincia. Un despliegue enorme para este primer Rocío post pandemia.

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