Llegó el día. El que marca el calendario rociero cada siete años. Este lunes 19 de agosto, cuando los almonteños renuevan el voto de acción de gracias a su Patrona por salvar al municipio onubense de las tropas napoleónicas, la Blanca Paloma será trasladada a su pueblo en un acto que dura casi una jornada entera y para el que se espera una masiva afluencia de personas, motivo por el cual desde el pasado jueves se ha activado el Plan Venida, un dispositivo de seguridad en el que participa el Ayuntamiento de Almonte y la Junta de Andalucía.

Quienes acudan desde Sevilla capital o desde los municipios de la provincia para ver a la Virgen del Rocío en su discurrir por las calles de la aldea o participar en el traslado han de saber que la carretera que une Almonte con El Rocío se cortará al tráfico de vehículos privados a partir de las tres de la tarde en ese sentido. Desde las 18:00 no podrán hacerlo los autobuses. A esa hora estará prohibida la circulación en esta vía en ambos sentidos. Quienes quieran regresar desde la marisma tendrán que dirigirse a Matalascañas y desde allí tomar la carretera de Mazagón.

Los que acudan directamente a Almonte al amanecer de mañana, 20 de agosto, para ver a la Virgen por las calles de este municipio, han de saber que el Ayuntamiento de la localidad ha habilitado siete bolsas de aparcamiento en distintos puntos del núcleo urbano. La parada de autobuses de la empresa Damas se traslada a la Fuente de las Damas, donde el servicio se prestará de 6:00 a 14:00 de mañana.

Puente que los militares han instalado para salvar el arroyo Santa María.

Quienes realicen el camino contarán a lo largo del mismo con diversos puntos de avituallamiento de agua y de asistencia sanitaria. Para este traslado, el Regimiento de Ingenieros de Salamanca ha instalado un puente tipo Bailey junto al Puente de los Olivarejo, con el que se salva el arroyo Santa María y sirve de apoyo para la gran afluencia de peregrinos.

La jornada comienza hoy a las 10:00 con el último acto oficial del Rocío Chico. A esa hora se celebrará la función en el santuario, que concluirá con la procesión eucarística que rodea la ermita, precedida de un grupo de tamborileros almonteños.

A partir de entonces, y como ocurre cada lunes de Pentecostés, no hay hora fija para que los almonteños salten la reja y la Blanca Paloma emprenda rumbo a su pueblo. La Hermandad Matriz de Almonte, a través de los perfiles que posee en las redes sociales, ha hecho un llamamiento los últimos días para que la salida de la ermita se postergue a horas en las que el calor no sea tan intenso (se esperan máximas de 32 grados en la zona).

Plano del Camino de los Llanos.

En los traslados los momentos especiales los marca la luz solar. Así, con independencia de cuándo la Virgen del Rocío abandone el santuario, lo cierto es que no será cubierta antes del lubricán, es decir, cuando el astro rey pinte con sus últimos rayos el cielo marismeño. En ese instante, María del Carmen Morales, con la ayuda de su hija, se subirá al templete levantado para la ocasión y cubrirá a la Patrona almonteña para protegerla de la polvareda del Camino de los Llanos. Lo hará primero con el capote y luego con el pañito, ambas piezas confeccionadas en el taller de su hijo, Mamé de la Vega.

La noche se hará presente y la Virgen comenzará su discurrir por los 15 kilómetros de pinos y arena que la llevarán hasta Almonte. La llegada se produce sobre las seis de la mañana, pero no será hasta el primer rayo de luz del nuevo día –en el Alto del Chaparral– cuando se pueda contemplar de nuevo el rostro de la Blanca Paloma. Sonarán entonces multitud de salvas de escopetas dándole la bienvenida a la que llaman Reina, Pastora y Madre.

Plano de Almonte.

Comenzará el discurrir por unas calles –como las de la aldea– engalanadas con flores blancas de papel y arcos que tienen su culmen en la catedral efímera que antecede a la parroquia de la Asunción, donde este icono de devoción universal recibirá las oraciones durante nueve meses.