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Empresas y empresarios

Steve Jobs (1955-2011)

Francisco Velasco

Director de EOI Sevilla

El 5 de octubre de 2011 fallecía Steve Jobs, confundador y Presidente de Apple y uno de los empresarios más carismáticos de los últimos tiempos. Los calificativos que acompañaron a Jobs durante su vida profesional y empresarial, y que se multiplicaron tras su fallecimiento, como visionario, genio, mito, icono, etc., nos hablan claramente de una figura excepcional.

¿Cuáles fueron las grandes aportaciones de Jobs y Apple, su gran creación, al mundo de los negocios? Siendo muchas, podríamos destacar dos. Primero, la integración de la tecnología y el arte, la tecnología y el diseño, incorporando la experiencia del usuario como factor clave y pretendiendo contar, no ya con clientes, sino con fans y seguidores de un nuevo estilo de vida.

Segundo, la redefinición de industrias enteras, la capacidad para identificar sectores clave susceptibles de ser íntegramente reconvertidos por la tecnología. En su biografía autorizada, Walter Isaacson identifica seis industrias redifinidas por Jobs: la de ordenadores personales (con el iMac); la de películas animadas (con Pixar); la de la música (con el iPod); la de los teléfonos (iPhone); la de microordenadores táctiles (iPad); y la de la publicación o edición digital (el iBook). En otros muchos casos, los productos que ideó no son en sí mismos los responsables de la ruptura, sino las plataformas que obligaron a los diferentes sectores a renovarse, como es el caso de la venta al por menor, o el mercado de contenido digital basado en aplicaciones en lugar de en sitios web.

Jobs representa el paradigma del sueño americano: abandonó la Universidad; fundó Apple en un garaje; fue expulsado de la compañía; emprendedor de nuevo (Pixar y NeXT); reincorporación a  Apple, convirtiéndola en la mayor empresa USA por capitalización bursátil. Fracaso-éxito-fracaso-éxito-… Su vida debiera significar dos lecciones para la sociedad andaluza y española.

En primer lugar, la importancia de reconocer el mérito de los emprendedores y empresarios. Sea cual sea el tamaño de la empresa, el sector en el que opera, etc. el empresario ha de ser reconocido como el nuevo héroe de la sociedad, el generador de riqueza y empleo.

En segundo lugar, la aceptación del fracaso, como algo inherente al riesgo, y como antesala cuasi-necesaria del éxito. En tal sentido, declaraba recientemente en Granada Nicholas Negroponte, fundador y director del MIT Media Lab, que no invertía en un emprendedor que no demostrase fehacientemente al menos tres fracasos.

Asímismo, el propio Jobs, representa una serie de valores que debieran poseer los empresarios y profesionales, así como los estudiantes, alumnos universitarios, y en general, toda la sociedad. El citado Isaacson destaca precisamente la gran vinculación existente entre la personalidad de Jobs y su planteamiento empresarial, que se ha revelado tremendamente exitoso, por lo que las siguientes características debieran ser fomentadas y cultivadas, y casi "exigidas" a nuestros empresarios y emprendedores:

-Emprendedor permanente, creador. Quizás aprendido de su padre adoptivo, a quien adoraba, y que todas las tardes se encerraba con él en el garaje a construir y reparar diversos objetos, hay un verbo que Jobs conjugó a la perfección: hacer, crear. No ya sólo anticipar, visionar, etc. Y no ya hacerlo sólo una vez. Hacerlo una y otra vez: con nuevas compañías, cuando se marchó de Apple; con nuevos productos, cada vez que lanzaba uno que parecía el definitivo y al que seguía otro también rupturista.

Jobs rompió el "dilema del innovador", que hace referencia a las dificultades que tiene un innovador a volver a intentarlo ante las ventajas que obtiene con la primera innovación y con el mantenimiento de ese statu quo.

-Innovador. Porque Steve Jobs era antes que nada un innovador, paradgima del empresario schumpeteriano, que se atrevía a pensar de forma diferente, que desafiaba las ideas aceptadas. Seguro que respuestas como: "eso nunca se ha hecho así", o "eso es imposible", que tanto bloquean las organizaciones, para él suponían verdaderos acicates para continuar esa línea de trabajo.

-Pasión por el talento. Tenemos que reconocer el talento, atraer el talento a nuestras organizaciones, rodearnos de los mejores.

-Motivador de equipos. Un equipo es más que la suma de sus miembros. Lo que construyes puede cambiar el mundo. Esos alegatos pronunciados en el célebre discurso de graduación en la Universidad de Stanford: "Amad lo que hacéis. No viváis la vida de otros" y "Mantente hambriento, mantente alocado" resumen su obsesión por la excelencia.  Precisamente se ha destacado de Jobs su gran capacidad para combinar una visión general y global con la pasión por los detalles. Incluso gran parte de los aspectos más negativos de su personalidad (irascible, tiránico, incluso cruel) van asociados a esa obsesión por la perfección.

-Foco en el usuario. Esa obsesión por la excelencia sólo cobra sentido en su propósito de proporcionar la mejor experiencia de usuario, en vender el mejor producto.

Esto lo aplica en el diseño de sus productos, donde prevalece la simplicidad (las ideas más sencillas son las más potentes; los diseños sencillos son los más valorados); en el diseño de sus tiendas; en el enfoque integrado de sus operaciones controlando todo el proceso (sistema de producción); etc.

Como gran aportación de Jobs, destacaría la unión de tecnología y humanismo: la tecnología sólo es una herramienta más, como lo fue la palanca, o la rueda, en el avance de la humanidad. Siempre lo importante serán las personas. Steve Jobs declaraba que a lo único que aspiraba es a ser un buen padre. Si todos vivimos y trabajamos con esa misma aspiración, ese mundo, no ya diferente, sino mejor, que perseguía el fundador de Apple, estará más cerca.

Lo que sí ha conseguido ya es pasar a ese Paseo de la Fama empresarial al nivel de figuras como Thomas Alva Edison o Henry Ford.

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