Adriana Ugarte: "Tengo una fe casi irracional en el sistema judicial"
Actriz
Adriana Ugarte (Madrid, 1985) tiene muy claro que en Lobo feroz, la última película que lleva el rostro de la actriz a las carteleras, “no sólo hay un monstruo, un solo ser salvaje”. Y es que en esta historia de venganza con tintes de humor negro el trío protagonista, Matilde -Ugarte-, Alonso -Javier Gutiérrez- y Elías -Rubén Ochandiano-, no saldrá indemne del juicio del espectador que se enfrenta a un relato “tan incómodo como entretenido” y donde puede jugar a ser detective en el intento de descubrir quién es el más lobo de la película dirigida por Gustavo Hernández y rodada en la provincia de Cádiz.
–¿Cómo se hace promoción de una película de la que cuanto menos se cuente, mejor para el espectador?
–Pues enfatizando en la importancia de la experiencia porque, al final, hacemos películas para proporcionar experiencias al espectador. Entonces, cuanto más pienses en el placer que no le arrebatas al espectador, creo que más atadita tienes la lengua.
–Se mete en la piel de una mujer bastante complicada, ¿qué fue lo que te atrajo de este papel?
–Me atrajo mucho de Matilde la potencialidad que tenia y que la manera de contar esta película sin pudor por parte del director y de los productores me permitía poder llevarla a los límites y transitar por lo más profundo de su violencia sin ningún pudor. Me atraía que ella se sintiera muy libre haciendo el salvaje, que se lo disfrutara y se lo gozara. Hacer una mujer tan libre que ya no tiene nada que perder y tiene todo que honrar. Y, por otro lado, del proyecto en general, me atrajo los mensajes que se lanzaban por medio de esta puesta en escena eran muy variados y muy profundos y nos confrontaban a todos como espectadores. Es una película que no condena a nadie pero que no perdona a nadie, y eso nos hace reflexionar a todos y mojarnos a todos. Eso me gustaba.
–La construcción de Matilde también ha sido físico. Le escuché hablar de estos días de una intencionalidad de huir de la atadura del embellecimiento de los personajes femeninos en el cine...
–Efectivamente, y Matilde, con la ayuda de la actriz y coach Elvira Mínguez, me pareció una oportunidad para salir un poco de esa dictadura a la que nos vemos sometidas las actrices que es no renunciar a estar en cierto modo bellas y seguir creyendo todavía que si no estás guapa no vas a empatizar con el espectador. Y eso es muy injusto.
–Es curioso porque las pocas veces que se ha hecho, me viene Charlize Theron en ‘Monster’, han sido trabajo muy reconocidos.
–Claro porque soltamos mucho peso las actrices, soltamos lastre y ahí te puedes concentrar, poner la energía en otra cosa y estar más al servicio de la historia.
–‘Lobo feroz’ también me ha recordado a la leyenda cherokee de los dos lobos que habitan en una persona. ¿Matilde sólo le da de comer a uno?
–Matilde le da de comer sobre todo a uno porque todavía no ha descubierto qué come el otro. Muchas veces se pregunta, ¿qué comerá mi otro lobo?, pero las circunstancias le pasan por encima y tiene que dar una respuesta a la realidad y, como sabe muy bien qué come uno de ellos, pues al final es al que acaba recurriendo porque con el otro se ha relacionado muy poquito.
–¿Alivia la venganza?
–Creo que no porque algo que me ha enseñado la vida y el paso de los años es que cuando alguien te hace daño el dolor ya no tiene que ver con esa persona sino que tiene ver contigo. Así que da igual lo que le devuelvas, da igual lo que elabores, da igual lo que sufra el otro, tu dolor es una carga tuya, el dolor es una actitud ante la pérdida. El otro no tiene nada ver.
–Ante esta reflexión, podríamos concluir que tampoco alivia la Justicia.
–En cierto modo sí que alivia, y hablo a nivel personal, no a nivel Matilde, a la que creo que no le alivia nada. A mí me alivia porque pienso que la justicia se aplique puede ayudar a que en el futuro se eviten esas situaciones. Si no hubiera justicia viviríamos sin límite y viviríamos en un terreno salvaje donde nos comeríamos los unos a los otros. Creo que la justicia sí sirve como elemento disuasorio para las personas que estén dudando si se pasan al lado oscuro o no.
–Usted, precisamente, viene de familia de juristas.
–Mi padre, mi madre, mi hermano, mi cuñada... Rodeada estoy (ríe). No sé si por ello creo que tengo casi una fe, cómo te diría, casi, casi, irracional en el sistema judicial. He crecido en ese entorno y confío en él.
–¿Qué les ha parecido este ‘Lobo feroz’?
–Les ha gustado mucho porque son muy cinéfilos. Ellos no van a ver cine desde su formación, sino como espectadores e, intuyo, van de una manera bastante libre. Además, siempre me acompañan en esos estrenos.
–El rodaje de ‘Lobo feroz’, que tuvo lugar en Cádiz, fue en un momento sanitario en el que todavía había que guardar mucha cautela. ¿Cómo lo vivió?
–Fue complicado. No había relación alguna casi ni entre nosotros. Terminábamos de rodar y me iba para el apartamento, otros compañeros estaban en un hotel y ellos cenaban en la habitación, porque les subían la bandeja, no podían bajar al comedor. Era una sensación de aislamiento y de soledad fuerte pero que creo que ayudó para la atmósfera del rodaje y para contar esta historia.
–Creo que también fue cercano en el tiempo el rodaje en la provincia de Cádiz de ‘Heridas’
–Sí, cierto, aunque son historias muy diferentes. Fue una coincidencia bonita volver a Cádiz a rodar porque, en el caso de Heridas, es que Cádiz, aparte de tener unas marismas espectaculares, conserva muchas especies de aves que pudimos rodar y que embellecían y daban sentido a la historia, ya que el personaje que yo interpretaba era una ornitóloga. Lo que sí te digo es que me encantaría volver a Cádiz, pero con tiempo, porque fui muy feliz durante el rodaje de Lobo feroz.
–Hace más de 20 años que llegó a esta profesión y no sé qué buscaba cuando se acercó a ella, y si lo ha encontrado
–Buscaba atreverme, y siento que con Matilde me estoy atreviendo.
También te puede interesar
Lo último