Rafa Sánchez | Cantante

"Tengo pocos armarios a mi espalda"

Rafa Sánchez.

Rafa Sánchez. / José Ángel García

Más de media vida (36 años) compartiendo proyectos musicales y escenarios con La Unión como vocalista y autor de las letras, pero ha llegado la hora de que Rafa Sánchez (Madrid, 1961) se embarque en su primer proyecto en solitario. El legendario grupo de pop español atesora temas muy conocidos en los 80 y los 90 como Falso amor, Lobo hombre en París, Más y más y Vuelve el amor. Vivió a tope la Movida madrileña y consumió drogas hasta que un accidente antes de los 30 lo llevó a dejarlas. Hoy, veterano con cerca de 60 castañas, emprende una nueva aventura con la ilusión de un chaval.

-El litigio con un compañero de La Unión, drogas, homosexualidad y negacionismo. ¿De qué tema le da más pereza que hablemos?

-Me da igual. Tengo pocos armarios a mi espalda.

-¿Quién osa llamarlo Rafael?

-Ni lo recuerdo. Mi madre era la única que me llamaba Rafita.

-Podría ser Rafo o Rafe.

-Soy bastante reaccionario en algunos temas. Y éste del género es una estupidez. Hay un idioma que se puede hablar perfectamente sin hacer absurdeces como el vosotres o decir amigos y amigas. Es política.

-Antes de terminar de escribir su nombre en internet viene: "Rafa Sánchez pareja". ¡Qué poco sirve ser celoso con la intimidad!

-Cierto, pero ya le digo que no tengo ningún fantasma. A mi pareja no la muestro porque él no quiere; pertenece al mundo empresarial, es ingeniero, y ahí hay un poco de homofobia aún.

-Los directos de La Unión fueron muy sonados, pero me deslumbró la referencia tintinófila en el título de Sildavia. ¿Fue o es lector de aquellos cómics?

-Los he leído todos menos dos: El cetro de Ottokar, que es de donde viene Sildavia, Aterrizaje en la Luna... Soy fan total del capitán Haddock, me parecía sexy. Con ciertos peinados me he visto parecido a Tintín.

-En la era de los ofendiditos, ¿es más complicado componer letras? ¿Existe la autocensura?

-Las compañías nunca me cortaron nada, pero sí hubo autocensura porque con La Unión hice textos muy gais, pero nunca puse el género masculino, siempre neutro. En este disco ya uso el género que corresponde.

-¿Es más arriesgado sacar disco en época de triunfitos y youtubers o abrir un bar en pandemia?

-Estar en los medios es casi imposible para gente consolidada como Sabina o yo, no hay programas donde salir, son todos talent shows. Me da miedo cómo llegar al público de mi quinta, ya que no participa tanto de las redes sociales. Ahí está el hándicap para gente como yo.

-¿Los cincuentones y los sesentones son como muebles viejos?

-Totalmente, aunque no te sientas así. Los artistas que más me gustan no han sido grandes voces, sino grandes transmisores de sentimientos, como Tom Waits o Sabina con su voz desgarrada, me transmite mucho más que un triunfito. Y me gustan los artistas que componen sus propias canciones.

"Mejor que ir al cirujano plástico es echarse novio: te cambia el vestuario, la cara, se te estira todo..."

-Sin negar su homosexualidad, nunca ha sido de exhibirla. ¿Por qué en el vídeo de Vístete princesa termina de la mano de un chico?

-Es un homenaje a la amistad de un chico gay y una chica heterosexual. Quería que al principio hubiera confusión, cuando ella se viste y hablamos mientras tomamos un martini. Pero la canción va de todas esas mujeres maduras que salen de un matrimonio, son invisibles para los hombres y salen en pandillas gais y divirtiéndose bastante.

-Falta la coma del vocativo en el título de la canción. Lo digo para cuando salga el disco. ¿Cuál fue el mejor grupo nacional de los 80?

-Radio Futura y también Alaska y Dinarama, porque Carlos Berlanga componiendo era un gustazo.

-¿Qué diría si le propusieran relanzar su carrera con un dúo con Pablo Hasel?

-Lo haría, ¿por qué no?

-Tiene que salir de la cárcel.

-Eso me ha parecido una gran injusticia.

-Además, la música de los 80 era bastante más gamberra que la de ahora.

-Estamos llegando a un absurdo de lo políticamente correcto y se están sacando fuera de contexto canciones de otras épocas. Una concejal prohibió Fueron los celos. Los celos han existido y existirán, son universales.

-¿Era más moderno Tierno Galván que estos políticos?

-Lo tenía más fácil porque al salir de una dictadura el país necesitaba apertura, aunque también tuvo sus zarpazos, como hablar de John Lennox. No era tan moderno, pero intentó captar el voto joven a través de pan y circo, una idea muy antigua que encauzó bien.

-Amante de la botánica, tuvo pareja durante 25 años. Titule sus memorias El jardinero fiel.

-Lo fui, pero ahora el título sería El jardinero infiel. No, es broma, soy muy fiel.

-Se aburría al final porque "sólo veíamos series". Si ésa es la vara de medir, se separa toda España.

-Espero que se lo piensen porque la vida dura lo que dura y hay que aprovechar el tiempo. Mejor que ir al cirujano plástico es echarse un novio nuevo: te cambia el vestuario, la cara, te pones a plan, se te estira todo...

-Perdone la irreverencia, pero en los 80 daba por sentado se quedaría calvo y vaya cabellera luce.

-Se mantiene, ¿eh? Soy de pelo graso y creo que los tintes me lo han estabilizado. Me está aguantando.

-Jurgen Klopp, técnico del Liverpool, dijo que la opinión de un entrenador no es relevante para hablar del coronavirus.

-Totalmente de acuerdo. De hecho, desde ahora diré que es irrelevante lo que yo piense de esto. Pero hay una corriente negacionista a la que no se le está dando voz y debería haber debate en los medios. Yo me informo en internet de todas las tendencias. Está un poco manipulada la opinión pública a través de los medios de comunicación y eso me parece muy peligroso.

-Hablando de vacunas, ¿cómo está su amigo Bosé?

-Me dio mucha pena ver la entrevista con Évole porque creo que le tendieron una trampa, aunque yo pensaba que él tenía muchos más datos para defenderse; por ejemplo, cuando le preguntaron por la vacuna del sida, que se lleva experimentando 24 años y no está; y la del Covid-19 se ha hecho en pocos meses.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios