Javier Tello | Director general del grupo CEU

"España debe apostar por la meritocracia para mejorar en el informe Pisa"

Javier Tello.

Javier Tello. / Juan Carlos Muñoz

Javier Tello Bellosillo es director general de las fundaciones San Pablo Andalucía CEU, San Pablo CEU y Abat Oliba CEU, titulares de cuatro universidades y diez colegios, además de otros 11 centros educativos.

Licenciado en Derecho por la Universidad CEU San Pablo y máster en Programa de Alta Dirección (PAD) por el Instituto de Empresa, ha ocupado diversos cargos de responsabilidad en el Ministerio de Hacienda. A finales de los 90 pasó al sector financiero como director fiscal de Caja Madrid, cargo que desempeñó también en Bankia hasta 2018, año en el que se integró en Pérez-Llorca Abogados como counsel del departamento Fiscal.

Con Javier Tello hablamos de la futura Universidad CEU Fernando III, que se pondrá en marcha el próximo curso en Bormujos. 

-El CEU cumple 90 años. ¿Sigue teniendo sentido el humanismo cristiano en la educación del siglo XXI?

-Casi más que cuando se fundó el CEU en 1933. Entonces era una apuesta por transformar una sociedad con los principios propios del humanismo cristiano: la dignidad de la persona, la igualdad y la solidaridad. Estos valores siguen teniendo el mismo alcance e idéntica necesidad. Nuestro proyecto es situar a la persona en el centro. Formamos a alumnos de manera integral, pues intentamos que sean excelentes en lo académico y en lo profesional, pero también en sus cualidades humanas.

-Ya se han conocido los datos del último informe PISA. De forma sucinta, ¿cuál es el fallo en el sistema educativo español para que siga a la cola?

-La visión de la meritocracia y de la exigencia del sistema educativo, que ha de ser abierto y dar cabida a todos, pero también ha de reconocer la excelencia. Aquellos centros en los que se cuida que el esfuerzo tenga un mayor rendimiento acaban con mejores evaluaciones. Hablamos especialmente de conocimientos troncales, como el pensamiento matemático, el acercamiento científico y el uso de la lengua, tan denostado hoy con esa afición a escribirlo todo en mensajes de whatsapp, que han destrozado el idioma. La apuesta por la meritocracia es lo que deberíamos impulsar. 

-¿Algo más que destacar del informe PISA?

-El sistema español, especialmente en lo que se refiere a vocaciones científicas, obliga a elegir cuando se tiene 16 años de manera irreversible. Al optar por Bachilleratos que no son científicos, ya no hay punto de retorno. Sin embargo, la realidad de las carreras universitarias es mucho más variada y no hace falta, por ejemplo, para un grado steam un Bachillerato científico puro. En definitiva, nuestro sistema no puede hacer elegir a los jóvenes tan pronto de manera irreversible. Creo que PISA nos penaliza también en esto. 

"Nuestro sistema educativo no puede hacer elegir tan pronto a los jóvenes de forma irreversible"

-¿Qué aporta el CEU para mejorar estos resultados?

-Dos cosas. La primera, la excelencia académica. Contamos con el mejor equipo humano del sistema educativo español. Tenemos centros por toda España. Son buenos en lo profesional y extraordinariamente comprometidos. Esto produce una mejora del resultado académico. A eso hay que añadir que nuestras universidades están comprometidas con la investigación. Y un segundo factor, la conexión con el mundo empresarial y del empleo. Nuestra formación está orientada a que la empleabilidad sea la mayor, de hecho nuestra tasa de inserción es del 96%. El objetivo es que nuestros alumnos, cuando acaben las prácticas en las empresas, éstas no quieran desprenderse de ellos. Es lo que nos está pasando. 

-Recapitulemos, ¿con cuántas titulaciones se pondrá en marcha la CEU Fernando III el próximo curso?

-Lo hará con diez grados, seis posgrados y dos doctorados. Es el primer año de salida. Nos estrenamos con dos ingenierías. También carreras sociales, como administración y dirección de empresas, marketing... Con esta oferta queremos cubrir tres grandes ámbitos del conocimiento: el politécnico, el social y el de las humanidades y comunicación. Siempre conscientes de que hay una segunda fase el año siguiente donde empiezan a salir todas las biosanitarias: Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Psicología y más adelante, Farmacia, Odontología, Biotecnología.... Tenemos una vocación por las ciencias, tanto las politécnicas como las de la salud, que se demuestra con una apuesta muy potente. 

-Por cierto, ¿se trabaja ya con centros sanitarios para esas futuras carreras?

-Ya están cerrados algunos acuerdos. Por ejemplo, con el Hospital Vithas y ya hablamos con otras tres instituciones hospitalarias para los acuerdos de prácticas. 

–Y me imagino que con otro tipo de empresas...

–En otros ámbitos del conocimiento trabajamos con todo el mundo empresarial: grandes consultoras y despachos de abogados, como Garrigues o Cuatrecasas. En las politécnicas lo hacemos con Microsoft, Google, Amazon, Cepsa, Repsol. Se trata de una empleabilidad alta y de calidad. 

-¿Cómo va el periodo de solicitudes que comenzó el 4 de diciembre?

-Hemos recibido muchas y percibimos un gran interés por los jóvenes, sus familias y también por el mundo empresarial. Superamos ya las 800 solicitudes. Habrá dobles grupos en algunas titulaciones, como ADE. En otras, la ratio no superará los 35 estudiantes.

"Queremos que se nos conozca no como institución privada, sino de iniciativa social"

-¿Qué requisitos se necesitan para lograr plaza?

-La entrevista personal es la más importante. Somos una institución absolutamente abierta. No importa tanto el joven que viene con nosotros sino el que sale de nuestras aulas. Se trata de personas que deseen tener un proceso de formación como el nuestro. Y, por supuesto, se necesita aprobar la Selectividad. La reserva de plaza queda condiciona a superar estas pruebas. 

-¿Entiende las críticas manifestadas por los responsables de las universidades públicas hacia las nuevas privadas que se han creado en Andalucía?

-Aquí hay dos claves. El CEU es una universidad de máxima seriedad. Salimos con idéntica oferta a la que se exige a una pública para arrancar. Lo hacemos con un compromiso investigador de primer orden. Y aunque se nos llame institución privada, tenemos ese carácter exclusivamente porque no recibimos apoyo económico del Estado. Nos autosostenemos. Pero no nos olvidemos que somos una institución benéfico-docente que reinvertimos todos nuestros recursos en la educación y en una política de becas enorme. Para este curso disponemos de un presupuesto para becas de 17 millones de euros. De los 40.000 alumnos, unos 6.000 están becados. En ese sentido, en el del compromiso social, las críticas no son fácilmente entendibles. Queremos que se nos conozca no como institución privada, sino de iniciativa social. 

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