María Isabel Gallardo | Catedrática de Física Atómica y Nuclear

"No hay remedio al cambio climático si seguimos consumiendo como ahora"

"No hay remedio al cambio climático  si seguimos consumiendo como ahora"

"No hay remedio al cambio climático si seguimos consumiendo como ahora" / juan carlos muñoz

Biólogos, médicos y físicos hablan distintos tecnolectos y están afanados en construir una koiné. En ese proceso está Maribel Gallardo (Sevilla, 1959), que, al cobijo de la Universidad de Sevilla, prepara experimentos con biólogos y facultativos en el Centro Nacional de Aceleradores. A la vanguardia en el uso de las partículas elementales, Gallardo habla de Einstein, de mecánica cuántica y de relatividad como quien habla del tiempo. La solución de la cuestión energética -afirma- llegará con la fusión nuclear, lo contrario de la fisión que ocurre en las centrales y que provocó el desastre de Chernobil.

-¿Cuánta radiactividad se liberó en la explosión de la central nuclear de Chernobil?

-La equivalente a unas 400 bombas atómicas.

-Una serie de televisión está ha refrescado la memoria de aquella catástrofe.

-La estamos empezando a ver en casa y mis hijos me preguntan mucho. No soy experta en centrales nucleares, aunque como física conozco la teoría que está detrás. Es algo que asusta, sobre todo por cómo se gestionó.

-¿Cómo fue?

-Se ocultó información. Yo estaba en Copenhague haciendo la tesis y compartía despacho con un físico precisamente de Kiev. En los periódicos se publicó entonces que en el aire de Suecia se habían detectado partículas radiactivas y, por la dirección del viento, se sospechaba de dónde provenían, pero no se dijo nada. Por la cantidad de radiación que circulaba, pensamos que debía ser algo gordo, y por el tipo de partículas, que venía de una central nuclear.

-Desde el accidente de Chernobil, ni siquiera cabe el argumento del cambio climático para respaldar la energía nuclear.

-A la gente no le entra y creo que ahora mismo, mientras la renovables no dispongan de un método efectivo de almacenamiento, la energía nuclear es la más limpia. Es como los aviones: no son seguros al cien por cien, pero los cogemos.

-Pero no hay modo de convencer ni con argumentos.

-En la Unión Soviética los reactores no sólo se usaban para producir energía sino para construir armamento, que requería no recubrir los reactores para extraer el combustible. Ahora todos los rectores se recubren de un material que impide que la radiación salga si explota el reactor. El de Chernobil era un reactor muy eficiente, pero poco seguro. Ahora es distinto. Las centrales no tienen nada que ver con la de Chernobil.

-El futuro de la energía nuclear va a girar en torno a la mejor gestión de los residuos.

-Físicamente es posible que los residuos pasen de una vida media de millones de años a apenas un centenar de años, pero aún no es rentable.

-No habría entonces los conflictos actuales con los cementerios de residuos, como el del Cabril.

-Sería una solución, aunque la verdadera solución para la cuestión energética vendrá por la fusión nuclear, que es lo que hace el sol. Es mucho más limpia que todo lo demás.

-Sin baterías eficientes, sin posibilidad aún de usar la fusión y con el temor a las centrales nucleares, estamos entonces condenados a usar los hidrocarburos y a seguir contaminando el planeta.

-Mitigar el cambio climático pasa por algo distinto, que nos concienciemos de que no podemos consumir tanto. Mientras queramos subir y bajar en ascensor, usar el coche para todo, poner el aire acondicionado a toda pastilla, coger el avión cada dos por tres... Mientras sigamos con esto, no hay sistema energético que frene el cambio climático.

-Como Marie Curie, usted trabaja con sustancias radiactivas. A ella le afectó tanta exposición. Usted se protegerá...

-Realmente no, pues donde trabajo hay un peligro relativo y las medidas de seguridad son extremadas. En tiempos de Marie Curie no sabían a qué se exponían. De hecho, lo que descubrieron se llamó rayos X pues desconocían qué era. Muchos murieron de cáncer porque no se protegían. Hay el caso de una empresa que pintaba los relojes con radio, que es un elemento radiactivo de modo natural, para que brillaran en la oscuridad. Las operarias mojaban el pincel con la lengua. Y, claro, murieron todas. Eso fue justo antes de la bomba de Hiroshima.

-El radio y la radiactividad estaban de moda.

-La gente se impregnaba con radio en los balnearios. También había pintura de labio con radio. Y había zapaterías que miraban con rayos X para ver si te quedaba bien el zapato. Eso impresionaba a los compradores.

-Como experta en la teoría de la relatividad, ¿qué hizo tan célebre a Einstein?

-Fundamentalmente por certificar que la velocidad máxima que puede adquirir cualquier cuerpo es una velocidad fija, que es la velocidad de la luz, y por la inclusión del tiempo como variable en un sistema de referencia.

-¿Y qué supuso la revolución del descubrimiento de la mecánica cuántica?

-Debió de ser un shock extraordinario para los físicos de entonces. Repentinamente empezaron a ver que los resultados de los experimentos no concordaban con lo que decía la mecánica clásica de Newton. Tuvieron que dar un salto de mentalidad enorme, estar abiertos a lo nuevo como un niño.

-¿Hay indicios de una revolución a la vista en la física?

-Mi sensación es que desde Einstein estamos bastante parados. Hay cosas que no se explican: la materia oscura, que es unas cinco veces mayor a la que se ve; está la energía oscura, que es aún más extraña, que tiene que ver con el universo al completo. Incluso puede haber otros universos fuera del nuestro. No conocemos muchas cosas y vendrán más revoluciones.

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