"La sanidad ha perdido casi 20.000 millones en 13 años"
Sebastián Martín Recio | Médico y portavoz de Marea Blanca
Afán por lograr justicia social. Sebastián Martín Recio, natural de El Rubio, ejerció durante 33 años como médico titular en Carmona (Sevilla) donde atendió a su cupo y al padrón de los pobres de los conventos. Alcalde de Manzanilla (Huelva) por el PCE en las primeras elecciones municipales de 1979; y alcalde de Carmona durante doce años. Nunca optó por ser un liberado político. Se jubiló como médico y como representante político, pero mantiene su activismo como portavoz de la Marea Blanca, entre otras organizaciones en defensa de la justicia social.
-Se aproximan elecciones en Andalucía. ¿Por qué es tan necesario que distintas fuerzas de izquierdas se unan?
-No se trata sólo de que las fuerzas de izquierdas se unan en coalición. Se trata de entender que la sociedad civil tiene aspiraciones en muchos ámbitos de la vida: empleo, la calidad de vida, la sanidad, la educación públicas, los servicios sociales, los mayores, la vivienda, el medio ambiente, la igualdad de género, los valores y la soberanía de nuestra tierra… el pacifismo, la no violencia etcétera. Todas estas aspiraciones se concretan en las propuestas que las formaciones políticas de izquierdas plantean al electorado. Resultaría un poco absurdo que, compartiendo reivindicaciones y aspiraciones como las señaladas, se vaya por separado. La división genera pérdida de escaños en el Parlamento.
-¿A qué se debe la desunión?
-Todas las fuerzas políticas, sociales, culturales y de cualquier índole, tienen en su seno una pluralidad de matices que a veces genera líneas centrífugas, tendencias fragmentarias. Esto es típico en todos los partidos... en el PP y en las tres derechas nacionales; y en el PSOE. La reflexión está en ver qué fuerza de atracción tienen los vínculos que unen. Cuando el vínculo es puramente material o económico y de intereses particulares parece que esa unidad es más sólida, como ocurre en las derechas. En la izquierda esos vínculos son ideológicos, son menos de intereses económicos privados, aunque también existen, con lo cual la fragmentación se produce con más frecuencia.
-¿Son necesarios nuevos líderes en Andalucía?
-Los líderes son como los frutos de temporada, ciclos políticos económicos o sociales que van cambiando o simplemente surgen nuevos liderazgos para refrescar el ambiente. Aunque hay frutos que perduran más allá de sus temporadas, pero esos son excepcionales
-Muchas miradas están dirigidas a la creciente presencia de la ultraderecha en Europa. ¿Cuál es su análisis del panorama político actual en Andalucía?
-Además de un cierto franquismo sociológico que a veces regurgita y se muestra evidente en ciertos aparatos de poder, el nudo gordiano de esta situación en Europa, en España y por supuesto en Andalucía viene dado por una indignación acumulada por parte de muchas capas sociales. Las clases medias y trabajadoras han visto cómo el sistema neoliberal ha ido desmontando el estado del bienestar y muchos derechos sociales, amenazando el sistema protección social en cuestiones tan importantes como las pensiones, la sanidad o la educación.
-¿Los indignados giran hacia los extremos?
-Esta indignación se ha convertido en impotencia. Sienten que tanto los partidos mayoritarios como el propio sistema económico son cómplices del deterioro de la calidad democrática, de los servicios públicos y del nivel de vida. En nuestros pueblos muchas personas se sienten incluso abandonadas: Se van empobreciendo, se quedan sin empleo, sin médico o sin profesores o sin transporte público... Indignación más impotencia significa o bien abstención o bien actitudes de rechazo. Todo ello se concreta en votos que puedan hacer daño al propio sistema o a la misma democracia que consideran que les ha vuelto la espalda, y ahí es donde aparece la ultraderecha como polo de atracción.
-Es portavoz de Marea Blanca. ¿Cuáles son los principales problemas en la
sanidad pública andaluza?
-Los problemas que diariamente aparecen en la sanidad pública andaluza: Saturación asistencial, falta de personal, las listas de espera para especialidades, los tiempos de demora en la atención primaria y el poco tiempo dedicado a los pacientes.
-¿Causas?
-El recorte acumulado que han venido sufriendo los presupuestos de la sanidad pública en Andalucía. En los últimos 13 años se puede calcular en casi 20.000 millones de euros los que se han perdido desde 2009 hasta la fecha. Si partimos del presupuesto de aquel año y vamos sumando el IPC acumulado esa sería la cifra de este recorte. Lógicamente la mayor responsabilidad corresponde a los Gobiernos del PSOE en la Junta de Andalucía desde 2009 hasta 2019, pero con el PP tampoco se ha llegado a superar la cifra de ese presupuesto de 2009. Se ha incrementado la población mayor de 65 años en 270.000 personas que son las que requieren más recursos sanitarios.
-¿Se ha perdido personal?
-Los recortes presupuestarios han producido una disminución del personal necesario, una falta de personal, que trabaja insuficientemente retribuido y desmotivado. Se ve perfectamente en los centros de salud, donde ya se han ido progresivamente dejando a un lado los programas de prevención y de promoción de la salud; así como el control y la atención adecuada a los enfermos crónicos y sus revisiones. Todo esto se ha agudizado. Durante dos años de pandemia se ha focalizado casi toda la asistencia en los pacientes con Covid; y además todo esto ha tenido como resultado un incremento de las listas de espera. En la gestión de los servicios sanitarios se ha abusado de los criterios e indicadores economicistas, en detrimento de los indicadores de salud que debieran ser los prioritarios.
-Se ha registrado un destacado aumento de los seguros privados de salud.
-Efectivamente, en Andalucía ya estamos cerca de los dos millones de pólizas de seguros privados y cerca de un 33% del gasto sanitario total es el que corresponde al gasto sanitario privado. El deterioro de la sanidad pública, las listas de espera y la escasa calidad asistencial han empujado a mucha gente a suscribir pólizas de este tipo. La sanidad privada considera la enfermedad como un negocio, cuando- los servicios públicos consideran la salud como un derecho.
-¿Cómo se puede blindar la sanidad pública?
-Además de recogerlo en la propia Constitución y normas legales, son tres elementos los que consideramos de la mayor relevancia: Primero, unos presupuestos adecuados que en Andalucía estarían en torno a 14.500 millones de euros anuales, solo para equipararnos a los presupuestos del 2009 actualizados y teniendo en cuenta los cambios demográficos. En segundo lugar, con un personal sanitario suficiente, con retribuciones adecuadas a la media nacional como mínimo, con acceso a la formación continuada, a una estabilidad en el empleo para evitar las fugas. Y conseguir que Andalucía sea un polo de atracción profesional y no un lugar donde muchos profesionales se van. En tercer lugar, una gestión sanitaria en función de los indicadores de salud.
-¿A qué riesgos se somete la ciudadanía?
-Riesgos para la salud. Con unos servicios sanitarios precarios y de mala calidad lógicamente aumentará la mortalidad por todo tipo de causas; y muy especialmente por cáncer debido a la falta detección precoz y a los tratamientos tardíos; por enfermedades cardiovasculares ante la falta de un abordaje a tiempo. También se espera un incremento de las dependencias en la población por unas enfermedades crónicas que no han tenido un abordaje de prevención secundaria.
-Es activista. ¿Qué le mueve?
-Jubilado ya profesionalmente de la medicina y políticamente de la organización partidaria, sigo manteniendo mis inquietudes de siempre en el seno de la sociedad civil y de los movimientos sociales, en la lucha por las libertades, por los derechos sociales, por la salud para todos, por la igualdad entre las personas, por la fraternidad, por una calidad de vida para todos, por unos servicios públicos dignos, por empleo sobre todo para los jóvenes y cultura, mucha cultura educación y formación. Y por Andalucía. Mis motivaciones: libertad, igualdad y fraternidad.
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