El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, aseguró que lo ocurrido este pasado jueves en el pleno de investidura del diputado general de Álava es "la constatación del fracaso del PNV más radical y de la estrategia de ir del brazo de Bildu", que ha dejado a los nacionalistas "fuera de juego en Álava y Guipúzcoa".

Oyarzabal se refirió de esta forma a la investidura del popular Javier de Andrés como diputado general de Álava, tras la decisión de Ezker Batua (EB) de no apoyar la candidatura del PNV. Además, el candidato nacionalista, Xabier Agirre, aseguró que EB había pedido en la negociación que "el PNV colocara a 39 afiliados de la formación de izquierdas a cambio de respaldar la candidatura nacionalista".

El dirigente popular aseguró que lo ocurrido en el pleno de investidura en Álava es "el auténtico fracaso de este PNV de Egibar y de Gerenabarrena, cuya gestión en Álava ha venido marcada por los escándalos de corrupción y finaliza también con otro escándalo y otro embrollo".

En su opinión, Agirre "dio ayer un espectáculo lamentable y se va de una manera miserable. Viene a demostrar un muy mal perder", criticó para censurar que el candidato nacionalista "trate ahora de culpabilizar y criminalizar a EB de su incapacidad".

"Al margen de este embrollo que tendrán que aclarar ellos, desde fuera lo que tenemos que decir es que el único que ha pactado con EB en los últimos diez años ha sido el PNV, por lo que tendrán que explicar de qué cosas hablaban para que se pongan ese tipo de cuestiones encima de la mesa", advirtió.

Por su parte, el lehendakari, Patxi López, abogó por el diálogo y el consenso entre las instituciones vascas gobernadas por partidos diferentes porque, en caso contrario, se corre el riesgo de acabar "como tres tribus confrontadas".

El lehendakari publicó un artículo en su blog titulado Una ocasión para el entendimiento en el que analiza la situación de las instituciones vascas tras la conformación de los gobiernos de las tres diputaciones salidos de las urnas del pasado 22 de mayo.

El PNV gobierna en la diputación vizcaína, el PP en la alavesa y Bildu en la guipuzcoana, mientras que el Gobierno Vasco está en manos del Patido Socialista de Euskadi.

Esta diversidad de gobiernos representa para el lehendakari "un enorme reto". López tiene por delante el "desafío" de gestionar la "complejidad" del nuevo mapa poselectoral para dar estabilidad y perspectiva a los nuevos gobiernos forales.

López, que en un plazo de unas dos semanas se reunirá con los tres diputados generales, reconoció que este panorama político supone un "reto" y una "oportunidad" si los partidos están a la "altura de las circunstancias".

"Hará falta grandes dosis de diálogo y voluntad de consenso. Veremos quién está por la labor de moverse en el campo del entendimiento y quién de guiarse por sus intereses", indicó López.

Según el lehendakari, si no se actúa con una visión conjunta se corre el "riesgo" de acabar como "tres tribus enfrentadas" en vez de formar parte de un proyecto común compartido por todos.

Además dijo que al Gobierno Vasco le toca la responsabilidad de garantizar un marco de estabilidad, y subrayó que ya "no caben vetos al afrontar esta tarea". También incidió en que debido a la crisis se requiere un esfuerzo conjunto para crear empleo y construir el País Vasco del futuro basado en la "convivencia democrática, una economía competitiva y un Estado del Bienestar eficiente y de calidad".