La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, presentó ayer el acuerdo con CiU que permitirá al Govern sacar adelante los presupuestos de 2011, lo que según los populares abre una nueva etapa de relación con el Gobierno regional.

En rueda de prensa, Sánchez-Camacho dio a conocer este compromiso de condiciones presupuestarias del Govern con el grupo del PPC, que no firmaron ni la líder del PPC, ni el presidente catalán, sino el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, el secretario general del PPC, Jordi Cornet, y los portavoces de ambos grupos, Jordi Turull (CiU) y Enric Millo (PPC).

Sánchez-Camacho aseguró que este acuerdo, que tendrá un impacto presupuestario de entre 1.200 y 1.500 millones de euros, nada tiene que ver con el pacto del Majestic, por el cual, en 1996, CiU apoyaba la investidura de José María Aznar.

La líder del PPC, que destacó que su partido es la verdadera oposición responsable y que ha evitado unas elecciones anticipadas, tendió la mano a CiU para pactar las normativas derivadas de la ley ómnibus y las cuentas de 2012, si bien advirtió que exigirá negociar antes de que el gobierno catalánpresente el proyecto de presupuestos del año que viene.

El acuerdo con CiU, que se presentó sin una foto conjunta entre dirigentes de ambos partidos, incluye tres puntos destacados: el primero de los cuales es el compromiso del Govern de reducir durante 2011 en un 10% el número de entidades públicas empresariales y en un 20% sus aportaciones presupuestarias sobre lo previsto en los presupuestos, que ya incluían recortes en este sentido.

El PPC calcula que sólo esa medida ya supondrá un impacto de 1.200 millones de euros y arrancó también al Govern el compromiso de que haya un 25% menos de entidades empresariales al final de la legislatura.

Otro de los puntos relevantes del acuerdo es que habrá una nueva orientación de las funciones y la gestión de las oficinas de acción exterior de la Generalitat.

Según Sánchez-Camacho, se pondrá fin así al delirio de las embajadas del ex vicepresidente catalán Josep Lluís Carod-Rovira, si bien el acuerdo se limita a subrayar que estas oficinas darán prioridad a dar el máximo nivel de apoyo a las necesidades integrales de internacionalización de la economía y la empresa catalanas, sin perjuicio de la necesaria promoción de Cataluña en el mundo.

Por otro lado, el líder del PSC en el Parlamento catalán, Joaquim Nadal, mantuvo abierta su oferta a CiU para llegar a grandes pactos de legislatura, pese a que los socialistas quedaron fuera del pacto de los presupuestos que rubricó el Gobierno catalán con el Partido Popular.

Nadal recalcó la voluntad de los socialistas de impulsar con CiU en los próximos meses reformas de gran calado como la ley electoral, las leyes ómnibus, la reforma de los órganos de gobierno de los medios públicos o las políticas educativas y lingüísticas.

La oferta de diálogo no evitó que el líder socialista censurara un pacto CiU-PP que va más allá de las cuentas catalanas, y que certifica, a su juicio, que el partido del presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha decido escorarse hacia los postulados de la derecha española. Nadal puso énfasis en que el pacto ha sido preparado por el PP, y aceptado, sin apenas poner condiciones, por una CiU que, a su juicio, nunca ha contado con el PSC para tratar de llegar a un acuerdo.

El líder admitió que no se trata de una reedición del pacto del Majestic, pero precisó que el nivel entendimiento es el mismo o superior y lo bautizó como el pacto del Palau.

Nadal destacó que si CiU mantiene la actitud que llegar a un acuerdo con el PSC sobre las leyes ómnibus, los socialistas mantienen su predisposición a no presentar enmiendas a la totalidad.

Pese a esto, advirtió a los nacionalistas que si vuelven a escorarse hacia a la derecha, el PSC se sentirá liberado para oponerse a estas leyes.