De Franco a Carrillo pasando por Evita y Eisenhower
FRANCO: 50 AÑOS, 50 HISTORIAS [14/50]
Areilza, alcalde de Bilbao con 27 años dos días después de que entraran las tropas de Franco, participó como embajador en las visitas a España de la primera dama argentina y del presidente de Estados Unidos
José María de Areilza (1909-1998) es el Zelig de la política española. El camaleónico personaje que daba título a la película de Woody Allen estrenada en 1983. Siempre aparece cuando los flecos de la Historia sobresalen. El 19 de junio de 1937 las tropas de Franco, casi dos meses después del bombardeo de Guernica que inmortalizará Picasso, toman Bilbao. Dos días después, el 21 de junio, José María de Areilza, con 27 años, toma posesión de la alcaldía de Bilbao y se suma a la causa de manera incondicional: “Bilbao ha sido conquistada por las armas. Nada de pactos y agradecimientos póstumos. Ha triunfado la España Una, Grande y Libre”.
El conde de Motrico permanece en la alcaldía de Bilbao hasta el 24 de febrero de 1938. A lo largo de su dilatada carrera política prestará servicios al régimen, con la particularidad de que en sus sucesivas etapas como embajador en Buenos Aires (1947-1950), Washington (1954-1960) y París (1960-1964) será testigo de primera fila de tres de los movimientos de Franco por poner fin al bloqueo internacional.
Muchos españoles se exiliaron a Argentina al comienzo de la Guerra Civil. Una década después, en mayo de 1947, Areilza toma posesión como embajador en ese país. Llega a su nuevo destino un par de semanas antes de que Evita Perón inicie su viaje a España. La esposa del presidente aterriza en el aeropuerto de Barajas el 7 de junio de ese año y visitará además de la capital Barcelona, Sevilla, Granada y Vigo. Antes tendrá ocasión de conocer al nuevo embajador. “Usted no puede entender el peronismo, porque también es usted un oligarca. ¡Vaya joyas que llevaba puestas ayer su señora en el Teatro Colón!”, le espetará en una de las audiencias. “No cesaba de pedir”, dirá Perón. “Evita le advirtió a Miguel Miranda, el principal asesor de Perón en economía, delante de Areilza: Anda con ojo con el oligarca éste, que se llevará para España la Casa Rosada si se descuida” (Franco, Julián Casanova). Tras la presentación de sus cartas credenciales, Areilza le sacó a Perón el envío a España de 400.000 toneladas de trigo, 120.000 de maíz, 10.000 de lentejas, 20.000 de carne congelada y 50.000 cajones de huevos.
Dwigth D. Eisenhower había sido el estratega del desembarco de Normandía, que supone la derrota de los principales aliados de Franco en el inicio de su sublevación militar. Tan camaleónico como Areilza, el general ferrolano convierte a su antiguo adversario en aliado preferente. Y ahí está de nuevo Areilza como embajador en Washington para preparar la visita de menos de 24 horas que Eisenhower, ya como presidente de Estados Unidos, hará a España entre el 21 y el 22 de diciembre de 1959. Antes de partir con Franco en helicóptero a Torrejón, los dos presidentes comparten un desayuno en el Pardo en el que participan el ministro Castiella y los embajadores John David Lodge y José María de Areilza.
Su único ‘fracaso’ fue perder con Suárez el pulso por suceder a Arias Navarro"
Su último destino diplomático será París, donde estará entre 1960 y 1964. En febrero de 1962 será el encargado de presentar la solicitud de ingreso de España en la Comunidad Económica Europea. Petición que se verá frenada por la posición en contra de los participantes españoles en el llamado Contubernio de Múnich y por la negativa imagen que supuso el arresto o destierro de muchos de ellos por parte del régimen.
Areilza formará parte del primer Gobierno de la monarquía, el primero tras la muerte de Franco. Lo presidía Carlos Arias Navarro, nombrado por Franco tras el asesinato de Carrero Blanco por un periodo de cinco años y ratificado por el rey Juan Carlos I. El ministro Areilza aparece en la única fotografía de la portada del primer número de El País (4 de mayo de 1976) anunciando su inminente visita oficial a Marruecos. Lo dirigía Juan Luis Cebrián y costaba 10 pesetas.
En una entrevista con Newsweek, el rey Juan Carlos I definirá la gestión de Arias Navarro como “una catástrofe sin paliativos”. La revolución de los claveles del 25 de abril de 1974 se cargó su cacareado espíritu del 12 de febrero. El 1 de julio de 1976 presenta la dimisión. Será la única vez que se salga de la foto el alcalde de Bilbao que participó como embajador en las visitas de Eva Perón o Eisenhower.
Los 17 miembros del Consejo del Reino que presidía Torcuato Fernández Miranda tenían que proponer cada uno tres candidatos en una papeleta para obtener la terna de aspirantes a suceder a Arias Navarro. Adolfo Suárez sería el elegido, pese a conseguir menos votos que Federico Silva Muñoz y Gregorio López Bravo. El falangista que fue gobernador de Segovia en 1968 y director general de RTVE entre 1969 y 1973 era investido presidente del Gobierno por el rey Juan Carlos I el 3 de julio de 1976.
“Fraga y Areilza, frustrados aspirantes a la Presidencia del Gobierno, anunciaron públicamente su propósito de no formar parte del nuevo Gobierno”, escribía Javier Pradera en El despegue de la Reforma, dentro del libro Memoria de la Transición de El País. Periódico donde Ricardo de la Cierva publicó su famoso artículo ¡Qué error, qué inmenso error! vaticinando el fracaso del Gobierno presidido por Adolfo Suárez.
Areilza era el único candidato al que conocía en persona Santiago Carrillo, “de los presidenciables, el que más posibilidades tenía a su modo de ver”, según Joaquín Bardavío en Sábado Santo Rojo. En este libro, que narra la entrada clandestina de Santiago Carrillo en España desde Montpellier el 7 de febrero de 1976 y su entrevista con Adolfo Suárez el 27 de febrero de ese año, el de la peluca (Carrillo entró en España con la que le dejó el peluquero de Picasso), da cuenta de los encuentros de Carrillo con Areilza. Una entrevista en París en julio de 1976, donde el ex ministro le trasladó su decepción por no haber sido elegido para la Presidencia del Gobierno “que creía tener en la mano y para la que se sentía el más capacitado y merecedor”. Una cena en la casa de Areilza en Aravaca a la que asistieron además de Carrillo, Enrique Tierno Galván, Francisco Fernández Ordóñez, Joaquín Ruiz-Giménez, Felipe González y Antonio de Senillosa, “el hombre de Areilza en Cataluña”. O el cordial saludo que el conde de Motrico transmitió a los tres líderes comunistas europeos (Santiago Carrillo, Enrico Berlinguer y Georges Marchais) el 3 de marzo de 1977, después de la reunión que mantuvieron en un hotel de Madrid un mes antes de la legalización del PC.
De Franco a Carrillo pasando por Evita y Eisenhower. Zelig puro. El camaleón de Motrico que nació en Portugalete.
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