De pirómano a bombero

Roberto Pareja

26 de septiembre 2013 - 05:05

Dice que "Cataluña siente afecto por España pero ya no confía en el Estado". Mal empezamos y peor vamos cuando Artur Mas se erige mesiánico en portavoz de millones de personas y además se permite el lujo de tocar la fibra sensible de los sentimientos explotando su cara b, el sentimentalismo, para cabalgar en su delirante suma y sigue hacia la independencia. Ya ha ido demasiado lejos y parece imposible que entre en razón. El presidente catalán amenaza ahora con unas elecciones plebiscitarias para consumar su apuesta, aunque el dique de la Constitución y las advertencias de Bruselas deberían ser suficientes para que se embridara.

Buena parte, ¿toda?, de culpa de que esté desatado la tienen los que mantienen en pie a su Gobierno, ERC. Igual que no se sabe si los que van de buenos lo son en esencia o sólo de cara a la galería, se desconoce si Artur Mas está fracturando un día sí y otro también la convivencia por convicción o en calidad de rehén de los republicanos, que no quitarán el pie del acelerador aunque sepan que el siniestro total está servido en este viaje a ninguna parte.

Enfrente, el PP secunda el acuerdo entre no nacionalistas que empezó a postular Ciutadans, una especie de frente común para evitar "el aislamiento de Cataluña". Una oferta a la que dieron la espalda tanto los socialistas, que la consideran inmovilista, como Unió, la media naranja de CiU, un tanto amargada con la deriva independentista de la federación nacionalista.

No en vano está emergiendo entre las dos aguas bravas la figura de Josep Antoni Duran Lleida. El líder de Unió aboga por una tercera vía entre la secesión y la sumisión. Defiende una consulta, pero no sobre la independencia sino sobre un nuevo estatus para Cataluña: pacto fiscal, competencias exclusivas sobre lengua, cultura y modelo educativo, mayor peso institucional de Cataluña en el exterior y una reforma constitucional que reconozca el derecho a decidir.

La propuesta de Duran parece razonable. Aunque suena a redentora, que ha despotricado lo suyo contra Andalucía alimentando los furores independentistas con sus sentencias sobre el PER y la "sociedad del subsidio". El cuervo negro del agravio que sobrevuela Cataluña también es criatura suya.

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