España

Mas: La victoria de un corredor de fondo

A ver quién le niega al candidato de CiU, Artur Mas, que a la tercera va la vencida, pues tras dos victorias estériles la de ayer no será en balde y con su amplio triunfo al lograr ayer 62 escaños, sólo a seis de la mayoría absoluta, será el próximo presidente de la Generalitat.

Artur Mas se erigió en 2001 como delfín de Jordi Pujol y dos años después, en los primeros comicios autonómicos a los que concurría como presidenciable de la federación nacionalista, el acuerdo a tres bandas PSC-ERC-ICV le dejaba con la miel del poder en los labios. La historia se repitió en en 2006. "Soy gato escaldado. Sólo he tenido victorias amargas", ha admitido alguna vez Mas, que otea el final de la travesía del desierto de sus siete años de oposición.

Fue el elegido para continuar con el pujolismo sin Pujol. Y para ello, el histórico líder catalán lo presentó como "un nacionalista auténtico", como él.

Dicen algunos que la esposa de Pujol, Marta Ferrusola, se fijó en él cuando Miquel Roca disputó la primacía a su marido, en 1992, y Mas batalló a capa y espada por Pujol.

Nacido en Barcelona en 1956 en el seno de una familia acomodada, el candidato de CiU se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona en 1974. Según compañeros de carrera, lo suyo eran los estudios y los paseos en yate y dicen que rehuyó los avatares de la transición democrática, todo lo contrario al Pujol activo en la resistencia contra el franquismo que llegó a pagar con cárcel su ideología.

La política no parecía importar mucho al joven Mas y no fue hasta casi los 30 años cuando se afilió al partido del que ahora es presidente. Anteriormente había pasado por el Departamento de Comercio de la Generalitat.

Trabajó de ejecutivo en el sector privado de 1987 a 1995, año en el que entró por primera vez en la lista de CiU al Parlamento catalán y Pujol lo nombró consejero de Política Territorial. Dos años después pasó a encabezar la Consejería de Economía y en enero de 2001, el entonces president lo nombró conseller en cap, una especie de primer ministro en Cataluña.

"La política, que no es un laboratorio, toca la condición humana, que está llena de virtudes, de cualidades, pero también de defectos y de miserias", ha afirmado alguna vez Mas.

Cargos de su propio partido han señalado en alguna ocasión que una de sus grandes virtudes es tener un perfil político y humano "sin aristas", que "no suscita oposición". "Está ideológicamente por hacer", decían poco después de ser elegido sucesor de Pujol. Sus detractores, los mismos que le reprochaban escasez de ideología y bajo perfil político, decían que no se le conoce una sola idea que no sea una mera expresión de la doctrina oficial convergente. Mas parece compartir con Pujol la ambivalencia que sirvió al que fuera president durante 23 años para pactar tanto con el PSOE como con el PP sin dejar de estar enfrentado con ambos y cercano cuando los necesita. Son muchos los que le ven tenaz, equilibrado e inteligente, moderado y sin salidas de tono.

Su gran baza electoral fue la promesa de lograr un nuevo acuerdo de financiación para Cataluña similar al del País Vasco, algo que, en palabras del presidente Zapatero, es impensable que pueda conseguir.

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