“La fama de los trianeros ha cambiado para bien, afortunadamente, en los últimos años”, asegura Ana Hidalgo, presidenta de la Asociación Mujeres Entre Dos Ríos. Y lo afirma de primera mano, puesto que en su primer trabajo, cuando llegó a la oficina, al saber los compañeros que venía de Triana le preguntaron “si llevaba la navaja escondida en la liga. Es triste pero es así. Teníamos esa mala fama”. Hoy se congratula “de que eso ya no es así, ha cambiado todo y  se nota en lo bien y tranquilos que vivimos actualmente”. Un bienestar que ha causado, por otra parte, la pérdida del contacto vecinal: “antes la gente vivía en casas de vecinos y nos conocíamos todos. Hemos ganado en calidad de vida pero hemos perdido  la relación de antaño que era entrañable”. Aunque, cuando llega el Viernes Santo  o el día que sale la Hermandad del Rocío, todos se reencuentran: “es muy bonito ver cómo esas personas que se tuvieron que ir forzosamente,  vuelven y nos vemos todos de nuevo”.

Desde su asociación de mujeres, Ana y sus casi 300 compañeras, realizan una importante labor para vertebrar las relaciones sociales en el arrabal. “Las mujeres que vienen aquí encuentran amistad, calor y cariño, algo que es muy necesario en la sociedad actual”.