“Triana es la cama del cante, no la cuna, porque en la cama se engendra y en la cuna se cría y aquí han nacido grandes cantaores y se han creado varios géneros autóctonos como las soleares o las tonás”. Así de rotundo se muestra este compilador y estudioso de la historia del flamenco al preguntársele por la relación entre este arte y el viejo arrabal. De casta le viene al galgo, puesto que su padre, José, era un gran aficionado al flamenco que vivió en un  corral de vecinos de la calle Alfarería por el que pasó gente como los hermanos Toronjo. Vecino de la calle Enrique Mensaque, no entiende que en Triana no hay una peña flamenca: “es penoso y triste que esto sea así, aunque tal vez se debe a que quedamos muy pocos trianeros del barrio”.

Asegura que Triana “es algo más que un lugar donde han nacido grandes poetas, alfareros, toreros, cantaores, bailaores...” Las próximas joyas que dará a conocer de su amplísimo archivo flamenco son dos discos de pizarra, uno del año 1921 llamado La Velá de Santa Ana, en el que la voz la pone La Argentinita y la música Font de Anta, y el otro, de temática semanasantera editado en 1912, llamado Trianerías, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, en el que se recoge una saeta cantada por Pastora Imperio y una marcha de procesión.