¿Cómo eran aquellas ferias de los años ochenta y principios de los noventa en las que no había teléfonos móviles? ¿Qué hacía la gente para quedar? ¿Cómo se encontraban en una u otra caseta? Aquello de nos vemos a las siete en la portada, o en la puerta de la caseta que fuera, o en la de los niños perdidos, o en la calle del infierno, pasó a la historia. ¿Qué se hacía cuando no había whatsapp? Y para hacer una foto, ¿había que cargar con una cámara que no cabía en ningún bolsillo y llevar encima uno o dos carretes de repuesto, que siempre había alguno que se velaba?

Aquellas ferias no tan lejanas parecen ahora de la Edad de Piedra. Las cámaras de fotos se han quedado para los profesionales, porque con un teléfono móvil pueden sacarse imágenes más que dignas y enviárselas a alguien que esté en cualquier parte del mundo de manera inmediata. O colgarla en alguna red social para que los amigos sepan dónde y con quién anda uno en cada momento.

Hace una década el móvil era todavía un objeto pesado, llamar era caro y había quien optaba por la clásica llamada perdida cuando llegaba a la caseta para que el que estuviera dentro saliera y le dijera al portero que dejara pasar a sus amigos. Y así, en diez años, fueron cambiando los tiempos. Llegó la tarifa plana y ya no costaba tanto llamar. El SMS tuvo su apogeo y ahora ya uno no sabe ni a qué botón hay que darle para mandar uno. A finales de la década pasada aparecieron los teléfonos inteligentes, los smartphones, el 3G y las tarifas de datos. Y el whatsapp. Y se acabó el llamar. Ahora se escribe. Y venga a escribir. Hasta encima del caballo, como la amazona de la foto.

Y el Twitter, para colgar fotos curiosas, un caballo desbocado, una niña mona y muchos tipos con varias copas de más. Hay quien hasta ha colgado los langostinos porque este año dicen que se han visto poco. Y ahora hay quien va con su iphone buscando un pavo que se ha perdido por el real.

Hay hasta siete aplicaciones de telefonía móvil de la Feria de Abril, con planos del recinto, información meteorológica y de servicio, una agenda de actos o del tiempo de paso de autobuses y del Metro. Este año el Ayuntamiento de Sevilla ha desarrollado junto con Vodafone una aplicación oficial de la Feria. Es muy completa y puede encontrarse como Feria Sevilla 2013. En una búsqueda básica aparecen otras seis aplicaciones más. Hay algunas especializadas en los toros, con información sobre las corridas, carteles y eventos taurinos de la semana. Hay otras promovidas por las marcas de manzanilla o vino que tienen la semana de Feria marcada en sus calendarios. Todas ellas son gratuitas, salvo una que es de la Feria de 2010 y que se ha quedado en la App Store, y que como se equivoque le cuesta al usuario 8,99 euros. Y, ¡ojo!, si ya está uno a gusto en el real, no vaya a equivocarse que se puede bajar la aplicación de la Feria, pero de la del Libro.