Feria de Sevilla: lo que no te puedes perder

Buñuelos y chocolate con historia y mucho arte

  • La familia de Chiquito de Bronce se encarga de realizar los dulces, con la receta que le enseñó su madre y se ha ido mantenido entre sus hijas, convirtiéndose en una tradición

Mujeres realizando los buñuelos

Mujeres realizando los buñuelos / Salomón Cejudo

¿Quién no se toma unos buñuelos con chocolate al salir de la Feria de Abril de Sevilla? Es tradición. Pero no unos cualquiera, sino unos buñuelos con una receta y un estilo propio con más de 40 años de historia, como son los de la plazoleta de los buñuelos, realizado por la familia Chiquito de Bronce.

Este lugar único y característico está formado por cinco casetas, de las cuales cuatro la componen la familia de Chiquito de Bronce. Esta plazoleta se localiza al lado del recinto ferial, justo a la izquierda de la portada.

La plaza se encuentra abierta al público desde por la tarde hasta bien entrada la noche. Aunque es por la noche, a partir de las 00:00 horas cuando este singular rincón de la Feria de Abril se transforma

'Los Buñuelos' 'Los Buñuelos'

'Los Buñuelos' / Salomón Cejudo

El cliente se queda anonadado, ante tal espectáculo tanto gastronómico como cultural. La familia de Chiquito de Bronce continúa sirviendo los buñuelos pero acompañado de palmas, cante y baile, un momento de alegría entre toda su familia, que la comparte con los clientes. 

El precio para disfrutar de esta experiencia tomando unos buñuelos y un chocolate es de 4,50 euros. A simple vista parece caro, pero como expone chiquito "aquí te sientas y también te lo sirven". Una forma diferente a los puestos que existen dentro del Real.

"La receta viene de mi madre, que se la enseñó a sus hijas y así sucesivamente", explica Chiquito. Además se muestra orgulloso de que ya sea "toda una tradición" este lugar y su particular venta de buñuelos, porque ha terminando "especializándose" en estos dulces.

Chiquito de Bronce, propietario de la caseta Chiquito de Bronce, propietario de la caseta

Chiquito de Bronce, propietario de la caseta / Salomón Cejudo

"Aquí nos vemos más que durante todo el año", confiesa Chiquito de Bronce. Realmente, aparte de ser una tradición y trabajo para la familia, se convierte en una semana de convivencia de todos, por lo que se disfruta más.

Tal es la magnitud, lo característico del lugar y la historia de vender los buñuelos por parte de su familia que Chiquito confiesa que algún año han sido hasta foco informativo para las "televisiones". Igualmente, son un polo de interés y atracción para los "turistas". Ante la masificación de la Feria de Abril, los extranjeros son los más sorprendidos.

A pesar del calor, a lo que se suma en este caso el calor del perol, las mujeres de la familia de Chiquito no paran de realizar buñuelos y los hombres de servirlo, con gracia, arte y alegría. Un esfuerzo, una forma de vivir diferente y de expresar su felicidad por parte de toda la familia. Es la familia Chiquito al completo la que hace que este lugar se transforme, sea especial y sorprendente. Y sin olvidar lo principal, unos ricos buñuelos con chocolate para cerrar un buen día de feria.

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