Exposiciones

John Akomfrah: la historia alternativa

  • El CAAC acoge, en colaboración con el Festival de Sevilla, 'La tierra es plana', una aproximación a la mirada lírica y concienciada del artista británico

Una de las instalaciones de John Akomfrah en el CAAC.

Una de las instalaciones de John Akomfrah en el CAAC. / Juan Carlos Vázquez

John Akomfrah (Accra, Ghana, 1957) se ha ganado a lo largo de su trayectoria un puesto en el olimpo: su obra se ha visto en el MOMA de Nueva York o en la Bienal de Venecia, y, entre otros méritos, el artista ha sido director del British Film Institute, profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts o merecedor de la Orden del Imperio Británico. Pero hasta ahora el creador, uno de los fundadores del Black Audio Film Collective, no había protagonizado ninguna gran exposición en España. El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) salda esta deuda y, en colaboración con el Festival de Sevilla, organiza La tierra es plana, una muestra que acoge el Monasterio de la Cartuja hasta el 14 de marzo y en la que este autor aborda sus inquietudes –asuntos como las migraciones, el calentamiento global o los efectos del capitalismo– a través de cinco instalaciones audiovisuales donde la preocupación por el mundo va de la mano de imágenes de impresionante belleza en las que no falta la poesía.

Handsworth Songs, la pieza más antigua del recorrido y la que para la comisaria de la exposición, Neus Miró, "marca el tono del resto de las obras", surgió como respuesta al tratamiento que los medios dieron a los disturbios ocurridos en 1985 en Handsworth, un barrio de inmigrantes de Birmingham. Akomfrah plantea "una réplica a la historia mainstream", señala Miró, y compone un poderoso collage donde los testimonios, las imágenes de archivo, las grabaciones personales y fragmentos de las noticias se entrecruzan. Aquella producción fue uno de los trabajos más sonados del Black Audio Film Collective, que a principios de los 80 el artista fundó junto a otros creadores como Lina Gopaul o David Lawson, hijos que inmigrantes que se rebelaban contra las narrativas excluyentes. "Éramos un grupo de amigos que coincidimos a lo largo de nuestra vida académica", recordó Akomfrah, que participó en la inauguración a través de una videoconferencia. "Nosotros notábamos que la cuestión de la raza estaba ahí, pero nos lo negaban, como en una película en la que acusan a uno de ser un paranoico, pero descubre un telón y detrás está la verdad. Nosotros movimos esa cortina", apuntó.

Otra de las piezas de 'La tierra es plana'. Otra de las piezas de 'La tierra es plana'.

Otra de las piezas de 'La tierra es plana'. / Juan Carlos Vázquez

Akomfrah crea desde la implicación emocional: huyó de Ghana con su familia tras el golpe militar, y cuestiones como el exilio o el racismo, vividas en su propia piel, atraviesan su obra. En Auto de fe (2016) recrea algunas migraciones a las que se han visto obligados diferentes pueblos, por razones de religión, a lo largo de 400 años, comenzando por los sefarditas que tuvieron que dejar el católico Brasil en 1654 para irse a Barbados. Mnemosyne (2010) ahonda, intercalando un paisaje nevado y fábricas abandonadas y con el lirismo que caracteriza al autor, en los sueños "que no han podido hacerse realidad" de los inmigrantes. El mar, al que acude Akomfrah en Vertigo Sea,una impresionante instalación concebida para la Bienal de Venecia, o el arte, más concretamente dos retratos de Durero de personas de raza negra, reinterpretados en Peripeteia, son otras inspiraciones que encuentra el creador en su camino para rebatir los discursos oficiales y ensanchar el relato desde los márgenes.

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