Pasarela

Un bautizo diferente

  • La tercera hija de Magdalena de Suecia y Chris O'Neill, Adriana, recibe las aguas bautismales sin ningún padrino 'real' y sin su prima Estela

El bautizo de la princesa Adriana de Suecia, tercera hija de Magdalena y Chris O'Neill, estuvo marcado ayer por las novedades introducidas en la ceremonia real y por la ausencia de su primera Estela, quien se encontraba indispuesta. La séptima nieta de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y décima en la línea de sucesión al trono sueco recibió las aguas bautismales a las doce del mediodía en un oficio celebrado en la capilla del Palacio de Drottningholm, en la isla de Lovön, en Estocolmo.

El primer sacramento de la tercera hija de la princesa Magdalena y el financiero Chris O'Neill coincidió con el quinto aniversario de bodas del matrimonio, quienes se han mostrado felices, tranquilos y cómplices en todo momento.

Con un tono primaveral muy acorde al soleado día que hizo ayer en Estocolmo, la princesa Magdalena, con estampado de flores en el vestido y también un tocado de flores en el pelo, entró a la capilla al ritmo de las alegres notas de For the Beauty of the Earth. La protagonista del día, Adriana, de tres meses, dormía plácidamente en los brazos de su mamá con el tradicional faldón de cristianar de los Bernadotte, el mismo que estrenó en su día el príncipe Gustavo Adolfo cuando fue bautizado en 1906 y que a lo largo de todo un siglo lo han usado todos los miembros de la familia real sueca.

El padre de Adriana entraba con Nicólas en brazos y Leonor al lado, que un primer momento parecía más formal, ejerciendo de nieta mayor ante la ausencia de Estela. Pero, ¿dónde estaba la primogénita de Victoria de Suecia? Ayer mismo por la mañana su nombre estaba en el listado de invitados que ha compartido la casa real, e incluso fue fotografiada llegando junto a sus padres al palacio. Pero, al parecer, medios suecos informaron que, durante la recepción posterior a la ceremonia religiosa, sus padres comentaron que la princesa, que el pasado miércoles correteaba celebrando el Día Nacional, no se encontraba del todo bien para asistir al acto y por eso no llegó a entrar a la capilla.

El primero en tomar la palabra durante el oficio fue Chris O'Neill, quien pronunció un discurso en inglés en el que agradeció el amor que han hecho llegar todos los presentes a Adriana desde que llegó al mundo. Después, llegó el turno de los padrinos, la gran novedad de este bautizo real. Por primera vez en la Historia de Suecia, no se eligió a ningún miembro de la familia real para desempeñar este papel, justo cuando más sonaban los nombres de los tíos políticos de Adriana, la princesa Sofia y el príncipe Daniel; pero los padres de la niña eligieron cinco amigos y un solo familiar, la sobrina mayor de Chris, Anouska d'Abo.

Como ya es habitual, los pequeños de la casa se convirtieron en los protagonistas, e incluso uno de los oficiantes los llamó en torno a la pila bautismal y todos juntos han vertido el agua sobre la cabecita de Adriana. Leonor, Alejandro, Oscar y Nicolás han copado pues el momento más entrañable de la ceremonia siguiendo los pasos de lo que hizo Estela en el último bautizo.

Mientras Gabriel, el hijo pequeño de Carlos Felipe y Sofía, de tan sólo diez meses, mordisqueaba el programa del acto con sus grandes ojos azules y en brazos de su papá, Alejandro, el mayor, se marchaba a sentarse con su abuela, la reina Silvia. Leonor, la hermana mayor de Adriana, aprovechaba el desconcierto para descalzarse abandonando la formalidad con la que había entrado al templo. Fue un bautizo real, original, y dedicado a los más pequeños.

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