En el curso de esta semana se han celebrado los IX Premos de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo, que preside Iván Llanza, en el contexto de una serie de visitas y degustaciones que han tenido como marco la capital sevillana y su provincia.

–¿Qué es una academia de gastronomía?–Es una asociación sin ánimo de lucro que está formada por 75 miembros que representan a las ocho provincias de Andalucía. Realmente somos un grupo de profesionales de sectores diferentes que nos hemos agrupado para trabajar a favor de la marca Andalucía. Pretendemos dar brillo y esplendor a la gastronomía y al turismo andaluz.

–¿Y cuáles serían los objetivos de la entidad que preside?–Promover iniciativas que permitan dar visibilidad a los profesionales del sector, tanto a los productores, transformadores, comerciantes de la gastronomía y el turismo de nuestra comunidad autónoma. Asimismo, apoyar todas las iniciativas nacidas desde la administración pública y empresas privadas que aporten luz y posición a la gastronomía de nuestra tierra.

–Tras la entrega de los IX Premios de la Academia, en Sevilla ¿Qué valoración hacen de esta actividad?–La valoración es de sobresaliente, yo diría de 12 sobre 10. La agenda paralela nos ha permitido conocer la agroindustria y también a algunos de los profesionales del sector de la gastronomía de la provincia de Sevilla. Hemos conocido la realidad de la industria que se dedica a la producción de aceite de oliva virgen extra, la aceituna de mesa, semilleros de tomates y otras plantas hortofrutícolas, entre otras actividades. Al final nos hemos traído una imagen muy real de lo que existe hoy por hoy en la provincia de Sevilla. Es cierto que la provincia es mucho más amplia y solo hemos podido abarcar el Aljarafe y luego todo lo que tiene que ver con Los Palacios y Lebrija. En cuanto a la entrega de premios de la entidad, hemos sentido el calor y el apoyo de la administración, los empresarios y los profesionales del sector. El evento que hemos organizado en el prestigioso y referente hotel Alfonso XIII de Sevilla ha salido redondo.

Foto de familia de los académicos tras la celebración de la Asamblea de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo.

–Además de los premios, ¿qué otras actividades y acciones realizan a lo largo del año desde la Academia?–Tenemos una agenda del curso 2022-2023 que cuenta con diferentes proyectos en los que estamos trabajando actualmente. Por un lado, apoyamos a la administración pública en la difusión del patrimonio gastronómico y turístico de nuestro territorio en ferias, muestras y foros, proyectos relacionados con la investigación y la universidad, así como actividades enfocadas a la formación de los jóvenes vinculados al sector de la hostelería. En la asamblea de esta edición se han expuesto una batería de propuestas que vamos a ir desarrollando a lo largo de los próximos años siempre en pro de la difusión de nuestra riqueza.

–¿Cuáles son los puntos fuertes de Andalucía en materia gastronómica y turística?–Tenemos una comunidad autónoma que es para comérsela y para bebérsela de cabo a rabo. Somos afortunados por nuestra localización geográfica. Andalucía está bañada por dos mares. Contamos con una montaña, campiña y dehesa espectacular. Nuestra despensa es de primer nivel con unos productos de máxima calidad. La hostelería andaluza apuesta por la excelencia, con restaurantes de estrellas Michelin, hoteles de 5 estrellas, un destino que va de la mano del deporte de élite… Son muchas variables, todas ellas suman, y nos permiten brillar con luz propia en el panorama nacional e internacional.

–Su colectivo trabaja para unir la gastronomía y el turismo…–Son dos actividades muy transversales y potentes. Lo que empieza en el campo termina en la mesa, y además se brinda la oportunidad de ser conocido por los visitantes que llegan a nuestra tierra en busca de todos los atractivos posibles. A los viajeros les gusta conocer el origen de los productos. Por ejemplo, visitar bodegas, almazaras, la levantá del atún, conocer el trabajo de las empresas del sector, etcétera. Andalucía está en un momento muy dulce, tanto a nivel gastronómico como turístico.