Moda para la más tierna infancia
Unidas por la apertura en Sevilla de un nuevo establecimiento de la firma Normandie, Goyanes y Estefanía Luyk comparecieron ayer juntas e ilusionadas con sus respectivas maternidades.
Después del nacimiento de sus tres hijos, Graziella Antón de Vez creó la marca "Normandie" bajo la influencia de las zonas románticas del norte de Francia desde donde, en 2004, nace un concepto diferente de moda infantil que, ayer en Sevilla, continuó su proceso de expansión en nuestro país gracias a la apertura de un nuevo establecimiento amadrinado por Cari Goyanes y Estefanía Luyk. La primera, de negro y muy simpática, se mostró encantada con su pequeño Pedro, de seis meses, al que suele, siempre que tiene oportunidad, vestir de esta firma. "Me gusta el estilo de ropa", confesaba la hija mayor de Cari Lapique mientras atendía a los numerosos medios de comunicación presentes en una ciudad, la capital hispalense, que no visita con la frecuencia que debiera. "Mi profesión, en los meses de Abril y Mayo -que son los más fuertes aquí- suele impedirme moverme demasiado pero reconozco que soy muy amante de vuestras fiestas".
En exclusiva para nuestro periódico, Caritina hizo balance de sus dos años de matrimonio con Antonio Matos -"al principio, la convivencia es lo más complicada pero, luego, te adaptas", comentaba-, y avanzó que, cara a la boda de su hermana, Carla, se implicará en el evento todo lo que le sea posible -"la ayudaré con la organización de la ceremonia y, el catering, correrá de mi parte pues, aunque aún no se sepa qué se comerá en el convite, al dedicarse mi empresa a eso, tengo que echarle una mano", aseguró-. Tras el anuncio de tal enlace (el de la mencionada Carla y su novio, Jorge), muchas miradas se ha centrado en esta familia que, ante todo, reivindica -con su ejemplo-, la normalidad de su día a día. Por esta razón, nuestra entrevistada no tuvo inconveniente alguno en desvelar la faceta como abuelos de sus padres quienes, siempre que tienen oportunidad, cuidan de su bebé. "Lo de mi madre, al ser mujer, te lo esperas más y es más normal pero, mi padre, está muy implicado. Le cambia los pañales al niño y se vuelca de una forma increíble", concluyó al tiempo que apareció, en la calle Muñoz Olivé, su compañera de "faena", Estefanía Luyk.
Ésta, embarazada de siete meses, llegó rompiendo el consejo que, su médico, le ha dado cara al resto del desarrollo de su estado de "buena esperanza". "Me ha dicho que guarde reposo pero he sido un poco desobediente", bromeó. "Vengo de Madrid y me volveré a Valladolid, donde vivo". Feliz por poder dar a luz al que será su segundo retoño -tiene una hija, Aroa, de cuatro años-, la modelo se mostró con ganas de que se produzca ya dicho instante. "Más que yo, creo que, con independencia de la ilusión que me hace poder verle pronto, el que está deseando de salir, es él… ¡Está todo el rato moviéndose!", exclamó mientras no dejaba de mirar la colección que, de la empresa organizadora de la cita, se encontraba en los estantes. "Suelo elegir yo misma lo que la niña se pone y, a la hora de decidirme, me decanto por prendas de mayor". Y continuaba. "Es un amor. No deja de reír, hablar, jugar…". En cuanto a los posibles celos que, de su futuro hermano, pudiera sentir, la entrevistada se mostró contundente. "Para nada. Ella fue la que, desde hace bastante, lleva pidiéndonos un hermanito que, al final, se llamará Ilan".
Una tarde muy "infantil" en la que, por si fuera poco, además de contar con este par de madrinas de honor -las cuales, a propósito, no se conocían antes-, se pudo disfrutar de una dulce merienda en la que no faltó lo mejor de lo mejor. Lujo para los cinco sentidos…desde la más tierna infancia.
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