Sigue siendo aquel

Raphael, medio siglo de la boda del matrimonio que no iba a durar

Raphael y Natalia Figueroa en la boda del 14 de julio del 72, compartida hoy en las redes

Raphael y Natalia Figueroa en la boda del 14 de julio del 72, compartida hoy en las redes

¿Cuánto iba a durar el matrimonio de Raphael y Natalia Figueroa? En su tiempo, si hubiera encuestado a los españoles, a los que en 1972, la verdad, se les consultaba poco, habrían dicho que esa pareja no era consistente. Se habían casado además en el extranjero, en Venecia, lo que a ojos de hoy sería como en un parque natural perdido de Papúa Nueva Guinea.  La afectación de Raphael recibía comentarios por lo bajini sobre su sexualidad aunque nadie podía negarle su talento y empeño de haber comenzado tan abajo y haber llegado tan arriba en la música, ya entonces. Y Natalia era hija de aristócratas, periodista que había conducido espacios innovadores en la TVE en blanco y negro.

No sonaba bien, decían, pero la pareja perduró, han tenido hijos, nietos, han encarado subidas y bajadas de  vigencia (más que de popularidad) del cantante y hasta Natalia es ahora marquesa de Santo Floro, título heredado de su padre, a su vez hijo del conde de Romanones, logrado además tras litigio con su hermano. Nadie, tal vez ni los mismos contrayentes, atisbaban cumplir las bodas de oro que conmemoran hoy. El de Linares, criado en Cuatro Caminos, lo ha compartido en las redes, feliz y orgulloso de esta celebración, con una mujer que siempre se ha mantenido discreta en todo lo que es su faceta artística aunque ha sido fundamental para que Raphael fuera el que siempre fue y sea lo que es a día de hoy.

La boda de Raphael en la portada '¡Hola|' La boda de Raphael en la portada '¡Hola|'

La boda de Raphael en la portada '¡Hola|'

En la serie documental Raphaelismo se incide en la toma de tierra que suponía para el cantante regresar a casa. Tras los aplausos, los viajes y las noches de gloria al verse rodeado de su mujer e hijos (en Miami, en Madrid) sabía cuál era su destino real, sin olvidar sus orígenes. Raphael volvía a convertirse en Rafael Martos cuando se sentaba en el sofá al lado de su Natalia.

Hoy se cumple medio siglo de una boda en Venecia, en el templo de San Zacarías, que copó todas las portadas de entonces, revistas y periódicos, porque Raphael siempre ha sido un nombre a cinco columnas. El secretismo con que se fraguó un enlace inesperado convirtió en aún más legendaria y llamativa aquella boda, tema nacional aunque no hubieran programas del corazón en la tele y la viralidad se gestaba en las barras y en las oficinas. Una cadena de indiscreciones de algunos invitados llevaron a los reporteros hasta Venecia en una ceremonia en la que la novia, que además era poetisa y modelo ocasional, pensaba que iba a estar a salvo de curiosos. Como le sucedería a Lolita en la década siguiente, pero en tierras italianas en lugar de Marbella.

El cantante Raphael en la actualidad El cantante Raphael en la actualidad

El cantante Raphael en la actualidad

Medio siglo después siguen felices y firmes uno con otro, con otro nombre fundamental para la pareja, el del compositor jerezano Manuel Alejandro, revalorizado y más presente que nunca por su labor creativa. Para Raphael compuso todo en sus inicios, como el eurovisivo Yo soy aquel; en su madurez, Estar enamorado, reivindicación de su amor por Natalia, y que se conjuga en contraposición al Se me va o Qué sabe nadie.

Al cabo de 50 años, qué sabe nadie. Raphael, y Natalia, siempre estuvieron por encima de las miradas de reojo y hoy lo pueden festejar abriendo cajas enteras de champán. Han llegado a superar reveses graves de enfermedades, una vida entera juntos.

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