De pequeña se me atravesaba el inglés" ana ruiz

PASARELA de VERANO

En septiembre vuelve con su obra de teatro Última edición, pero hasta entonces se encuentra presentando durante los días de verano El Gran Queo junto a Manolo Sarriá. En un año lleno de trabajo, la extrovertida Ana Ruiz nos cuenta cómo eran antes sus veranos y cómo vive la vida y el buen humor.

-Para presentar El Gran Queo hay que tener humor y ganas... ¿cómo va de eso?

-Creo que los tengo, la verdad es que es el tipo de cosas que he hecho en televisión y también fuera de ella. Me gusta sentirme yo, sentirme suelta y no encorsetada. Por eso este programa encaja mucho con mi forma de ser, ya que invita a la improvisación y a que cada uno se suelte y sea como es.

-¿De pequeña solía ver programas de cara oculta?

-En mi casa siempre ha habido muy buen humor, y yo tengo fama de gastar muchas bromas porque me gusta. El formato de la cámara oculta siempre me ha hecho mucha gracia pero no porque se rían de la gente, sino por lo que la gente puede sacar de ellos, porque se ve mucho el niño que lleva dentro cada uno. Así que a mí no me gusta reírme de la gente, sino descubrir esa inocencia.

--¿Eran veranos felices los suyos o tenía que estudiar?

-Yo era de buenas notas, pero no de sobresalientes, aunque caía alguno. No era constante, pero sí responsable, además como hacer teatro me motivaba tanto estaba muy concentrada en todo lo demás. Así que me pasaba los veranos en la playa, y los recuerdo muy felices. Aunque se me atravesaba el inglés.

-Parece que siempre supo que quería dedicarse a esto.

-Yo recuerdo las fiestas del colegio con ocho o nueve años, que hicieron la verbena de la paloma y cogieron a niñas para hacer de la rubia, la morena... y las vi y dije "¡Ay! Yo eso lo puedo hacer bien!" (risas).

-¿Qué pasa cuando tiene un mal día y tiene que hacer comedia?

-Mira, ¡precisamente lo hablaba el otro día con unos amigos! Yo creo que hay que saber separar entre la vida personal y profesional, vivir el momento y pensar que si se está presentando El Gran Queo es el mejor sitio donde se podría estar. Cuando se baja el telón, aparecen los problemas personales.

-¿Tiene algo que ver con eso que dicen todas las actrices de que les gusta interpretar a la villana?

-Claro, cambiar de registro ayuda mucho. Hacer siempre comedia sería agobiante.

-¿Se le da bien hacer drama?

-Me gusta mucho, como tengo tanto carácter también... es curioso, porque hago poco drama, porque lo andaluz tiene que tirar para comedia.

-¿Cómo recuerda su época en Cámera Café?

-Era una gallinita de los huevos de oro. Un equipo estupendo, diecisiete actores, no grabábamos todos los días, un formato muy fácil, muy teatral y sencillo, divertido, funcionaba... nos divertíamos viéndolo y haciéndolo. Fue una etapa que me dio mucha popularidad y eso me permitió luego hacer teatro. Y además de haber sido una etapa muy bonita todavía permanece en la memoria de la gente, porque la siguen reponiendo (risas). Hay gente muy jovencita que lo está viendo ahora.

-¿Mantiene su buen humor trabajando en verano?

-Te digo una cosa, yo me he sacado tres veces vuelos a París y todavía no lo conozco, y este año he cancelado todos los viajes que había planeado. Además trabajo los fines de semana, que es cuando la gente descansa. Pero como mi trabajo me gusta tanto no me importa.

Cuando puede viajar. ¿Prefiere España o el extranjero?

-Depende. Me gusta playa, y normalmente siempre me tomo unos días para ir. Pero también me gusta viajar y conocer sitios nuevos, culturas nuevas, cómo vive la gente en otros países... Porque tomas distancia y vuelves con otra energía.

- Con la experiencia que ya tiene en televisión, teatro... ¿Qué le ha hecho quedarse este verano trabajando y decir que sí a El Gran Queo?

-¡Que hace quince años que no trabajo en Canal Sur! Y eso que empecé aquí... pero luego me afinqué en Madrid, así que cada vez que tengo una oportunidad para venir al sur lo hago. También me convencieron el formato tan divertido del programa y trabajar con Manolo, que es un profesional muy querido.