"No salgo desnuda así como así"

Hija de Paquita Torres y Clifford Luyk, Estefanía Luyk es una de las modelos más reconocidas de nuestro país. Casada en México, por "sorpresa", con José Luis Díez de Baldeón -junto al que tuvo a la "princesa de su vida", Aroa-, la modelo se encuentra afincada en Valladolid, ciudad donde es propietaria de un establecimiento llamado "Corinto". Un enclave mágico que, esta semana, ha abandonado por unas horas para presentar el Calendario Larios en un acto que, por vez primera en su historia, ha salido de Madrid hacia otros destinos nacionales como, en este caso, las tierras valencianas. Desde allí ha querido abrir su corazón y hablar a nuestros lectores alto y claro sobre su presente.

-¿Qué sensación le provoca el hecho de ser chica de calendario?

-Bueno, en este caso se trata de algo muy bonito. Como es algo con las doce mejores profesionales captadas por los doce mejores fotógrafos, resulta atractivo. El resultado está muy cuidado.

-¿Se reconoce en esa imagen sexy de quienes suelen protagonizar este tipo de publicaciones?

-En realidad es un almanaque de moda, no sólo para salir sexy. Es más artístico y, cada imagen, intenta interpretar algo. Claro que, aparte, hay una vertiente más sensual.

-Cara a su hija, ¿le preocupan los proyectos en los que participa?

-Aroa tiene tres años y tampoco es que nunca haya hecho yo nada del otro mundo. No tengo problemas con eso puesto que, no salgo desnuda así como así. Sólo lo hice en una ocasión, para una campaña de Greenpeace.

-¿Puede compaginar bien sus ocupaciones con su parcela personal?

-Sí. Todas las semanas tengo algo pero, cojo el avión o el AVE, y llego y vuelvo enseguida a mi hogar.

-¿Es buena ama de casa?

-Me gusta, pero tengo una persona que me ayuda y me echa una mano con la niña.

-Reside en Valladolid… ¿Por qué?

-Porque mi marido es de allí y monté un restaurante que me vincula a esta ciudad.

-¿Cuál es su labor en esta empresa de la que habla?

-Pues soy la dueña y la que organiza un poco todo. Es un sector que me agrada y, aprovechando que no había nada un poco moderno y que sirviera copas donde vivo, decidí montarlo. La verdad es que estoy contenta. Me está yendo muy bien.

-¿Se desenvuelve bien en la cocina?

-Claro. Es un terreno que controlo bastante. He estado cinco años en Italia y, de allí, he aprendido a hacer todo tipo de pasta. Además, me encanta comer y, gracias a Dios, me acompaña una buena genética. Eso sí, hago ejercicio y me mantengo.

-Y, en lo suyo como modelo, ¿por qué momento pasa?

-Uno muy bueno. Sigo en activo y con fuerza. No pienso en retirarme ni nada por el estilo porque esto es algo que me llena de satisfacción. También es cierto que me tomo las cosas con más tranquilidad y me dosifico más que en otras temporadas. Tengo mi familia y mi negocio y ellos precisan de mi presencia.