La Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición conmemora hoy 9 de mayo a través de las redes sociales el 39 aniversario del conocido como Caso Almería, que se produjo a raíz de la muerte de los jóvenes Juan Mañas, Luis Montero y Luis Cobo el 10 de mayo de 1981 a manos de agentes de la Guardia Civil tras su detención.

La Asocación,  junto con sus familiares, ha decidido trasladar a las redes sociales el homenaje que se había previsto a través de un acto público en Pechina. A partir de las 12:00, ensu página de Facebook, contará con la participación de la familia García Caparrós y la de Arturo Ruiz, ambos jóvenes asesinados en 1977. También participarán entre otros, el pintor Vázquez de Sola, el alcalde de Pechina Juan Manuel López; el parlamentario y secretario general del PCE, Enrique Santiago, el diputado de Memoria Democrática de Córdoba, Ramón Hernández Lucena; Modesto González, alcalde de Coria del Río; la cineasta Pilar Távora, los cantantes Juan Pinilla y Lucía Sócam, el poeta Juan José Téllez, las asociaciones de Vitoria y Pamplona, familiares y activistas de las tres familias como Loli García Caparrós.

La madrugada del 10 de mayo de 1981 aparecieron en el interior de un turismo Ford Fiesta los cuerpos calcinados de tres jóvenes en el fondo de un pequeño barranco en el término municipal de Gergal. Tres muchachos procedentes de Santander a los que la Guardia Civil confundió con un comando de la banda terrorista de ETA que unos días antes atentaron contra el general Valenzuela en Madrid, fueron vilmente torturados y asesinados cuando llegaron a la provincia de Almería procedentes de la capital norteña para asistir a la primera comunión de un hermano de Juan Mañas, una de la victimas y cuya familia residía en Pechina. Aún siguen abiertas muchas incógnitas sobre un caso que para muchos no han sido aclaradas en su totalidad.

Los tres jóvenes después de duros interrogatorios y torturas en la comandancia de Almería y en el abandonado cuartel de Casafuertes de Retamar buscando unas supuestas bolsas y armas, fueron finalmente tiroteados cuando ya habían muerto como consecuencia de las terribles torturas a las que fueron sometidos como quedó probada en la sentencia que condenó al jefe de la comandancia de Almería, un teniente y a otro agente.