caso Marta del Castillo

El abogado de la Manada defenderá al Cuco y a su madre por el falso testimonio

  • Agustín Martínez asegura que si en las 600 horas que grabó el supuesto infiltrado "no ha salido en ningún momento dónde está el cuerpo es porque no lo saben"

  • El letrado afirma que en el caso del asesinato de Marta "hay que buscar Justicia, no venganza" y recuerda que el Cuco "ya ha cumplido su condena" por el encubrimiento

El abogado Agustín Martínez Becerra atiende a los periodistas.

El abogado Agustín Martínez Becerra atiende a los periodistas. / jesús diges / EFE

El mediático abogado Agustín Martínez Becerra, que defiende a los cinco sevillanos que integran la denominada Manada, representará a Francisco Javier García Marín, el Cuco, y a su madre, Rosalía García Marín, tras ser procesados por un juzgado de Sevilla por un delito de falso testimonio. El letrado ha explicado a este periódico que ha accedido a representar al Cuco y a su madre, y ha opinado que este proceso penal contra ambos "no tiene ningún sentido".

Agustín Martínez ha señalado que si en las 600 horas de grabación que realizó el supuesto infiltrado "no ha salido en ningún momento dónde está el cuerpo de Marta es porque esta familia no lo sabe. ¿Qué problema tendrían en decir dónde está el cuerpo? ¿Qué gana el Cuco con no decir dónde está?", se ha preguntado el nuevo abogado del Cuco, que ha recordado que el joven ya ha "cumplido su condena" por el encubrimiento del asesinato.

El letrado ha insistido en que si el presunto infiltrado, "que ha tenido el nivel máximo de confianza" de esta familia no ha logrado sacarles dónde fue ocultado el cadáver es porque, a su juicio, ni el Cuco ni su madre "saben dónde está". Agustín Martínez ha destacado que en el caso del asesinato de la joven, del que se han cumplido ya diez años, "hay que buscar Justicia, no venganza", y ha criticado que si el objeto del proceso por el falso testimonio es intentar reabrir la causa -algo que resulta prácticamente imposible-, no sabe si se podría calificar esta actuación como un "uso espurio, pero desde luego no cree que vaya a servir para devolver a Marta" a su familia, ya que entiende que sus nuevos representados ignoran el paradero del cuerpo, ha subrayado.

Agustín Martínez sustituye a Rafael Ramírez García del Junco, quien en marzo pasado renunció a la defensa del Cuco y de su madre por motivos de "delicadeza profesional".

En febrero pasado, el juez de Instrucción número 2, Carlos Mahón, dictó un auto por el que procesó al Cuco, y a su madre por un delito de falso testimonio, en relación con la declaración que ambos prestaron en el juicio por el asesinato de Marta del Castillo.

"Urdieron un plan para engañar al tribunal"

En el auto, el instructor señaló que antes de que el Cuco y su madre prestaran declaración en calidad de testigos en el juicio, “todos ellos –incluido su padre, fallecido el 20 de noviembre de 2017- urdieron un plan que tenía como única finalidad engañar al tribunal acerca de lo realmente acaecido el día 24 de enero de 2009”, cuando fue asesinada Marta del Castillo.

Según el instructor, el 25 de octubre de 2011 prestó declaración en calidad de testigo en la vista oral Javier García Marín, quien, “de acuerdo con el plan urdido, manifestó ante el tribunal, de manera falsa, de un lado, que no había estado en la tarde noche del día 24 de enero de 2009 en el domicilio sito en la calle León XIII, número 78, lugar donde se le dio muerte a la menor Marta del Castillo Casanueva, de otro lado, que ese mismo día había estado con unos amigos”, en concreto con cuatro jóvenes, “en franjas horarias distintas a la reales, y, por último, que sobre las 23:30 horas del mismo 24 de enero de 2009, se encontró en las inmediaciones de domicilio” con su padre, el cual había ido a tirar la basura, y después “subió a su casa y no salió de la misma”.

La madre del Cuco declaró el 16 de noviembre de 2011, quien, “conforme a lo pactado” con su esposo y su hijo, “manifestó, de manera mendaz, que el día 24 de enero de 2009 salió con éste último a tomar una copa, que fueron al Bar La Portada, que volvieron a su domicilio sobre las 1:30 o 2:00 horas del día 25 de enero y, que una vez allí, entró en el dormitorio de su hijo, Francisco Javier García Marín, que lo vio acostado y que le dio un beso”.

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