Prostitución y droga

Los acusados de tráfico de drogas de una casa de citas en Gines niegan que las chicas fueran obligadas a prostituirse

  • Aseguran que las chicas establecían cuándo y cómo trabajaban

Operación de la Policía Nacional contra la prostitución

Los siete acusados por tráfico de droga, dos de ellos, además de inducción a la prostitución, han negado ante el tribunal que en el chalet de Gines en el que estaba el club Europa se vendiera droga. Durante el registro efectuado por la Policía, en diciembre de 2017 los agentes encontraron una papelina en la papelera de la cocina y otra en la mochila de una de las encargadas de la casa. A esto se suma restos de una sustancia blanca que, según los acusados provienen de las pastillas utilizadas para esterilizar e los juguetes sexuales que las mujeres utilizaban con los clientes.

El registro del chalet fue consecuencia de un operativo policial contra la trata de personas. Según el atestado, los agentes se incautaron de 47.000 euros en efectivo empaquetados en tacos de 10.000, sustancias estupefacientes separadas en bolsas de medio y un gramo, viagras, trece armas largas de caza, material informático y diversa documentación. En el domicilio de la pareja que regentaba el local, los policías encontraron cuatro papelinas. Durante el juicio, la mujer reconoció que ella consumía y que la tenía para "fiestas con los amigos".  Aunque  testificó que ella había trabajado como "chica" en el negocio, durante su declaración ante el tribunal, el acusado aseguró que "nunca" había trabajado en la casa. 

El gerente de la casa de citas, que se enfrenta a una pena de siete años por tráfico de drogas y tres por inducción a la prostitución, afirmó ante el tribunal que las chicas hacían los servicios sexuales "por su propia voluntad" y "ellas mismas ponían sus precios" aunque había un mínimo fijado. "De lo que se cobraba al cliente, la mitad era para la casa".

Sobre cómo contactaban con los posibles clientes, el acusado afirmó que era previa cita concertada, "esto no es como el Burger King, no venía cualquiera". Sobre la venta de droga, el dueño de la casa de citas fue tajante: "no se suministra droga". Es más, aclaró que entre las normas de la casa estaba que si consumían droga, las chicas "iban a la calle".

Respecto a las vanesas, un término que aparece en varias conversaciones grabadas por la policía durante la operación, según los acusados, es un maletín con diferentes juguetes sexuales que los clientes solicitaban como un extra a las chicas. 

Este punto fue confirmado durante la declaración de las otras acusadas, cuatro encargadas de la casa de citas, que aseguraron que las "niñas" estaban "muy a gusto allí", incluso una de ellas, que también ejercía la prostitución fuera de sus horas como encargada, aseguró que dormía "mejor allí que en su casa". Los acusados afirmaron que las mujeres recibían asistencia sanitaria cada vez que la necesitaban y trabajaban "cuando ellas lo decidían, pudiendo incluso rechazar a clientes".

Según la Policía, los servicios se publicitaban a través de varias páginas de contactos en internet, donde ofrecían a los clientes un servicio de 24 horas y una amplia gama de mujeres. El atestado recoge, además, que las víctimas permanecían internas y vivían hacinadas, seis de ellas dormían en una habitación con tres literas y las cinco restantes dormían de dos en dos en las camas donde mantenían las relaciones sexuales con los clientes. Sin embargo, durante el juicio, los siete acusados declararon que sólo trabajaban cuando ellas querían y que sólo dormían en la casa las chicas que estaban "externas" porque eran de fuera de Sevilla. 

Respecto a la disponibilidad de las mujeres, el gerente del negocio, explicó que en determinadas situaciones, "como cuando venían ganaderos importantes por el SICAB, a veces solicitaban que las chicas acudieran fuera del chalet y las enviábamos con un chófer". Este conductor también está entre los acusados.

Según la mujer del gerente, que como él se enfrenta a 10 años de cárcel, siete por tráfico de drogas y tres por inducción a la prostitución, "todo el proceso es un error detrás de otro" en el que está detrás la denuncia de una casa de citas que es su competencia directa. 

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