Cláusulas suelo

Batalla de unos discapacitados contra su banco

  • Deben plantear un nuevo pleito de 78.651 euros porque el banco calculó mal la cláusulas suelo

  • La entidad bancaria no descontó de la deuda los 60.000 euros de una  póliza de incapacidad

El abogado Sergio García Núñez, que presentó la demanda

El abogado Sergio García Núñez, que presentó la demanda

Un matrimonio con una incapacidad reconocida por cardiopatías y amputación de un pie se ha visto obligado a entablar un segundo pleito porque su banco calculó mal las cantidades que debe devolver tras una ejecución hipotecaria y la anulación de la cláusula suelo.

La diferencia son 78.651 euros más los intereses, que el matrimonio formado por Manuel y María Ángeles ha reclamado ahora en una nueva demanda de juicio ordinario, que no se verá hasta el próximo mes de septiembre en el juzgado de primera instancia 11 de Sevilla.

Todo tuvo su origen en el impago de cuotas del préstamo hipotecario para la compra de la primera vivienda de la pareja, por lo que el banco instó una ejecución hipotecaria en el juzgado de primera instancia 21, a la que el matrimonio se opuso por el carácter abusivo de la cláusula suelo. Una vez declarada la nulidad, la entidad presentó una nueva liquidación en la que recalculó la deuda en 277.399 euros.

Pero la pareja ha aportado un informe pericial, según el cual la liquidación hecha por el banco -y que el juzgado dio por buena- era errónea pues habría que descontar además 18.651 euros de intereses remuneratorios e indemnizatorios y los 60.000 euros correspondientes al rescate de una póliza de incapacidad absoluta de María Ángeles, que el banco aplicó al préstamo objeto de reclamación. En total, 78.651 euros más sus intereses desde la interposición de la demanda.

“Esperaban una segunda oportunidad y deben plantear un nuevo pleito”

El abogado del matrimonio, Sergio García Núñez, explica a este periódico que sus clientes son vecinos del Cerro del Águila y se vieron envueltos en problemas con otros préstamos. Una vez solucionada la ejecución hipotecaria, “esperaban quedarse limpios y con una especie de segunda oportunidad”, pero se han visto obligados a entablar un pleito diferente y pagar honorarios de abogado, procurador y perito, además del lucro cesante.

Afirma que el banco ha rehabilitado el préstamo y ha incurrido en  “un error de cálculo que supone un enriquecimiento injusto por su parte” y “se ha quedado con un dinero que no le pertenece del rescate de la póliza y que no ha restado de la hipoteca”. 

“El consumidor está desprotegido ante los bancos porque la propia ley nos hace ir a un procedimiento diferente con sus gastos inherentes”, lamenta Sergio García. Explica que Manuel sufrió la amputación de un pie y ahora debe moverse en silla de ruedas, mientras que María Ángeles está diagnosticada de cardiopatía y tabaquismo. 

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