Distrito Sur

Los niños de las Tres Mil Ideas consiguen su biblioteca

  • “La  pobreza es un bucle en los barrios desfavorecidos”

Algunos usuarios de la nueva sala de lectura en la Factoría Cultural

Algunos usuarios de la nueva sala de lectura en la Factoría Cultural

Un año y medio ha tardado un grupo de niños de las Tres Mil Viviendas en conseguir la biblioteca y sala de lectura por la que llevaban luchando desde septiembre de 2019. La Factoría Cultural del barrio les ha cedido un espacio que pueden usar todos los días e incluso los sábados hasta las 8 de la tarde, en una iniciativa apoyada por la cooperativa de madres Tres Mil Ideas.

Alba Méndez, la voluntaria que lleva a cabo en el barrio una “biblioteca de calle” con niños pequeños, explica a este periódico que la biblioteca del centro cívico El Esqueleto cerraba todos los sábado y en semanas alternas por la tarde, lo  que dejaba a los menores sin ordenadores y sin un lugar de estudio.

Amapola López, directora de la Factoría Cultural, ha habilitado para ellos desde febrero un espacio con mesas, una pizarra y un ordenador que usan como sala de estudio para los adolescentes, para lectura cuando llueve y para hacer reuniones.

Pero también una vez al mes van allí los más pequeños, leen y comentan cuentos, colorean y dibujan con ayuda de los mayores.   

Además la Factoría Cultural va a construir para ellos un carro con ruedas para sacar a la calle con sus cuentos y crear un espacio donde otros niños se acerquen a la lectura.

Alba comenta que la mayoría de sus alumnos proceden de los pisos de Los Verdes, la zona más desfavorecida de las Tres Mil Viviendas, donde “tienen más dificultades que otros porque la pobreza es un bucle”. “Aquí es más difícil conseguir las cosas y no siempre los que quieren estudiar lo consiguen”, afirma. Por ejemplo, a raíz del último tiroteo que terminó con la salida del barrio de la familia responsable, se extendió entre los menores el temor a tener que irse durante un tiempo y dejar de asistir al colegio y a la sala de lectura.

Por eso “la Factoría Cultural es para ellos un éxito y desean abrirla al resto del barrio” y a la convivencia con jóvenes de otros colectivos.

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