Juicio por imprudencia

El personal de un geriátrico es acusado de una “dejadez que raya la crueldad”

  • Piden siete años de cárcel por la muerte de una anciana a quien amputaron una pierna por gangrena

  • La defensa atribuye la muerte de la mujer a sus numerosas patologías 

Una pareja de ancianos en un parque

Una pareja de ancianos en un parque

La directora de un geriátrico de Utrera, la doctora y tres enfermeros se enfrentan a una petición de hasta siete años de cárcel por un presunto delito de homicidio por imprudencia profesional: les acusan de la muerte de una anciana diabética y con hemiplejía que falleció tras desarrollar una gangrena que obligó a amputarle una pierna.

El juicio iba a celebrarse en este mes de diciembre pero quedó aplazado a mayo de 2020 y en él la defensa de los cuatro profesionales rechazará cualquier tipo de mala práctica y atribuirá el fallecimiento de la anciana a su avanzada edad y numerosas patologías.

María Luisa R.R., entonces de 81 años, ingresó el 16 de junio de 2005 en el geriátrico con diabetes con defectuoso control metabólico, valvulopatía, insuficiencia tricúspide, fibrilación auricular, hipertensión pulmonar y con las secuelas de un ictus que había sufrido en 2004, con una parálisis izquierda que le obligaba a permanecer encamada y con total dependencia de terceras personas, según el escrito de acusación del fiscal al que tuvo acceso este periódico.

Los seis hijos de la anciana advirtieron al personal de que tenía lesiones en el sacro que precisaban de curas diarias y de que era necesario prevenir la aparición de úlceras con cambios de posición cada dos horas, levantar diariamente a la paciente, higiene de la piel, hidratación, lubricación y masaje circular, añade la Fiscalía.

“A consecuencia de la falta de cuidados y atención”, según el fiscal, desarrolló úlceras en ambos pies, el 16 de agosto de 2005 fue derivada a la clínica de Fátima donde ingresó con lesiones ulceradas e incluso necróticas. A pesar de las curas diarias, no hubo más remedio que amputar la pierna izquierda el 29 de agosto y su estado de salud fue empeorando hasta que falleció el 15 de septiembre de 2005.

Dice el fiscal que durante el tiempo en que estuvo ingresada no le realizaron las curas exigidas por la praxis médica, con limpieza y desinfección de las úlceras, “sino meramente un cambio de vendaje y taloneras”.

Por un presunto delito de lesiones por imprudencia profesional, la Fiscalía solicita para cada acusado dos años y seis meses de prisión y una indemnización a los seis hijos de  58.958 euros.

Los hijos: “nefasta asistencia sin importarles las consecuencias”

La acusación particular que ejercen los seis hijos de la fallecida imputa a los cinco acusados un presunto delito de homicidio por imprudencia profesional grave, por el que piden cuatro años de prisión y seis de in habilitación profesional, y otros tres años de cárcel y tres de inhabilitación por otro delito de denegación de auxilio.

Reclaman una indemnización de 62.310 euros, a los que suman otros 40.000 euros para cada hijo “en concepto de daño moral por las tremendas circunstancias que rodearon el caso y el sufrimiento que ello generó”.

Afirman en su escrito de calificación que la ingresaron temporalmente por ser verano y cuando llegó al centro su madre estaba “sin ningún tipo de úlcera y con la diabetes controlada”.

“La nefasta asistencia y falta de seguimiento”, sin controlarle la diabetes ni realizar los necesarios cambios posturales, terminaron por producirle en el pie unas úlceras “ante la falta de cuidados y una dejadez del personal imputado que raya la crueldad”, afirman.

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