Un gesto solidario digno de elogio. La familia de un menor que sufrió abusos sexuales de un profesor particular en Pilas (Sevilla) ha donado los 15.000 euros que recibió de indemnización a la asociación Alusvi, que trabaja en la mejora de la calidad de vida de los afectados por el cáncer y de sus familiares.

El abogado Simón Fernández Rebollo, del bufete Constitución 23, Estudio de Litigación, ha hecho entrega del talón con los 15.000 euros a Pedro Gil Barragán, tesorero de Alusvi, en un acto al que asistieron también Manuel Quintero Domínguez, concejal de Trabajo del Ayuntamiento de Pilas, Rocío Cuesta Rojas, concejala de Servicios Sociales, y María José Ruiz Suárez, vicepresidenta de Alusvi.

El abogado Simón Fernández Rebollo ha destacado la donación de la familia del importe íntegro de la indemnización, una acción que obedece al deseo de los familiares del menor a que "se hiciera Justicia y los hechos por los que fue condenado el profesor no volvieran a repertirse". El dinero no era el interés de la familia y por eso tenían decidido donarlo para que "aún siendo tan triste la causa de recibirlo, tuviera un buen fin y una utilidad para personas necesitadas", ha añadido el letrado.

Alusvi nació en Pilas el año 2010 como una asociación sin ánimo de lucro, cuyo fin es trabajar en la mejora de la autoestima y en aumentar la calidad de vida de los afectados de cáncer y de sus familiares en todas las posibles modalidades conocidas, o que en el futuro se conozcan, "mediante el desarrollo de funciones y de actividades de divulgación, prevención, investigación, formación y de carácter sanitario o asistencial".

La Audiencia de Sevilla condenó en 2021 a cinco años y un día de prisión a un profesor particular por abusar sexualmente de un alumno al que daba clases en la localidad de Pilas. La sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia condenó además al acusado a ocho años de inhabilitación especial para ejercer cualquier tipo de actividad docente, así como a otros cinco años de libertad vigilada, y a que indemnizara al menor con 15.000 euros.

El fallo declaró como hechos probados que el acusado, J. A. M. D., de 50 años, dio clases particulares al menor desde octubre de 2011 hasta abril de 2014, tiempo durante el cual se fue “granjeando la confianza” del chico que, unido al respeto que “infundía su condición de profesor, fue aprovechado por el acusado para conseguir que el menor, a su requerimiento, accediera a sentarse sobre sus piernas" y a abusar de él.