El recuerdo del abogado elegante y risueño que era un maestro
La Real Academia de Legislación y Jurisprudencia celebró la sesión necrológica en honor de Francisco Baena Bocanegra

Cuando alguien muere el mejor legado es la huella que deja en las personas con las que comparten vida. Amigos, compañeros de trabajo, la familia, e incluso algún que otro admirador se dieron cita en elSalón de Actos del Colegio Notarial de Andalucía para la sesión Necrológica organizada por la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia como homenaje a Francisco Baena Bocanegra, fallecido el pasado mes de abril.
Muy acertado el presidente de la institución, Francisco López Menudo, cuando afirmó que más que una sesión necrológica, las tres intervenciones fueron un In Memoriam para el número 8 y uno de los miembros fundadores de la institución. “Conociendo a Paco, esta no puede ser una ceremonia de dolor. Me he rebelado contra la palabra necrológica porque si su espíritu está por aquí, diría alguna ocurrencia con su chispa habitual”, explicó.
Hamlet o Cicerón aparecieron en su disertación, durante la cual desgranó el aspecto académico de Baena Bocanegra, aunque sin desligarlo de su trato personal donde señaló la “alegría bulliciosa” del abogado en cualquier momento, incluso en los últimos momentos de su enfermedad. “Guardo como un tesoro los tres años de intercambios de mensajes por wasap. Siempre se ofrecía a colaborar en cualquier actividad que organizaba la Academia”, recordó.
Es más, explicó que desde la institución se impulsó la concesión al letrado de la Medalla de honor del Instituto de las Academias de Andalucía y eltítulo de Hijo Predilecto de Andalucía para el año 2025 que, aunque no se la concedieron, Baena Bocanegra remitió una carta a la Academia de Legislación y Jurisprudencia agradeciendo su esfuerzo. Precisamente López Menudo concluyó su intervención leyendo esta misiva.
Encarnación Molino fue otra de las encargadas de exhortar la figura de Baena Bocanegra, “por expreso deseo que él mismo me trasladó en sus últimos días”. La abogada lo definió como “entrañable maestro, amigo, compañero y colega. Recibí mucho de él, sobre todo su pasión por la Abogacía”, afirmó la letrada.
Encarnación Molino tuvo guiños para las otras pasiones de Francisco Baena, “su familia, su barco, las motos, el Real Betis y el mar de María la Portuguesa, entre la Punta delMoral y Vilarreal”, recordó mirando a su familia.
La abogada agradeció todo lo aprendido y destacó cómo a pesar de su diltatada experiencia, Baena seguía sintiendo “mariposas en el estómago antes de cada juicio”. Todo eso significa el “respeto solemne a los tribunales y a la presunción de inocencia”.
Por último José María García Mena realizó una emotiva glosa de Francisco Baena, recordando sus conversaciones con el letrado y la lucha contra la enfermedad “desde sus apasionadas ganas de vivir”, argumentó.
También te puede interesar
Lo último