Por sorprendente que resulte, la foto que acompaña este reportaje tiene 49 años. El 13 de febrero de 1971 el entonces ministro de Justicia, Antonio María de Oriol y Urquijo, inauguraba el Palacio de Justicia de Sevilla en el Prado de San Sebastián.

Dicen que en Sevilla, además de pena de banquillo y la pena de telediario, existe la pena de paseíllo: Ese recorrido inconfundible de cien metros en el que ningún investigado se libra de ser rodeado por cámaras de televisión y fotógrafos, muchas veces acompañados de manifestantes de uno u otro signos, escraches, gritos de asesino o chorizo -según el caso- y la curiosidad de los viandantes, personal de seguridad y de la Guardia Civil. Muchos imputados lo recuerdan como lo más terrorífico de su declaración judicial.

Cuarenta y nueve años después, el paisaje sigue con las mismas farolas, las mismas rejas y las mismas piedras, como si el tiempo se hubiera detenido.

Esos soportales ya atrajeron la atención del fotógrafo que captó al ministro de Justicia, acompañado de su numeroso séquito, saliendo de la Audiencia provincial tras la inauguración del Palacio de Justicia de Sevilla. Bendijo el edificio el arzobispo José María Bueno Monreal y encabezaron el acto el presidente de la Audiencia Territorial, Serafín Jurado Pérez; el fiscal del Supremo Fernando Herrero Tejedor, los presidentes de las Audiencias de Cádiz y Huelva y los decano de los colegios de abogados, procuradores y notarios. 

Antonio María de Oriol y Urquijo inauguró en aquellos años varios Palacios de Justicia por toda España, y al día siguiente de Sevilla lo hizo en Huelva.

Visita al Tribunal Tutelar de Menores

El ministro aprovechó su estancia en Sevilla para visitar el Tribunal Tutelar de Menores denominado Hogar Virgen de los Reyes, situado en la calle Luis Montoto 135, entonces casi en los límites de Sevilla. Era un  edificio de tres plantas de estilo sevillano, con muchos ventanales y colores luminosos que pretendían alejarse del modelo penitenciario.

El ministro recorre el Hogar Virgen de los Reyes

El tribunal se había creado en 1930 con el nombre de Casa de Observación porque allí se hacía un examen psicológico y pedagógico de los menores, que solo pasaban al reformatorio si eran considerados como  necesitados de reforma. El reformatorio o Casa Tutelar San Francisco de Paula se situó en Alcalá de Guadaíra.

Este Tribunal Tutelar de Menores tenía jurisdicción sobre los hechos ocurridos en la provincia de Sevilla protagonizados por menores de hasta 16 años. Según las crónicas periodísticas de la época, durante la Segunda República lo visitaron Victoria Kent, inspectora de prisiones; Matilde Huici, secretaria del Consejo Superior de Protección de la Infancia, y su vocal Clara Campoamor.