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Cómo actuar ante problemas con las rebajas

Las rebajas, todo un clásico del verano

Las rebajas, todo un clásico del verano / Juan Carlos Vázquez

En rebajas hay una ley universal. Existen cuando los objetos que se ofertan están en el mismo establecimiento en el que se ejerce habitualmente la actividad comercial a un precio inferior al fijado con anterioridad. Es decir, no son rebajados si los artículos tienen una calidad inferior, los productos están defectuosos o deteriorados, o directamente no cumplen con las normas de calidad y etiquetado correspondientes y tienen una garantía inferior.

Sin fecha fija

Hoy día el comerciante tiene libertad para fijar el período de rebajas siempre y cuando se respeten los límites establecidos por las Comunidades Autónomas. Algo similar ocurre con la duración de este período. Eso sí, una vez tomada la decisión de la duración de las rebajas el establecimiento debe tener en un lugar visible al público las fechas de inicio y finalización de esta temporada.

Todo etiquetado y separado

Es una especie de mantra que se repite cada temporada de rebajas, aunque no siempre se sigue: Los productos rebajados deben tener tanto el precio actual como el anterior. Lo cierto es que no sólo se puede poner el precio antiguo y el actual, también se permite la etiqueta con la reducción porcentual

Por otro lado, es habitual que en una misma tienda haya productos de temporada o de continuidad cuyo precio se mantiene. Y como hay variedades para todos los gustos, incluso en algunas tiendas conviven las rebajas con otros tipos de promociones. Todas estas modalidades pueden existir en un mismo local, pero debidamente separadas y señalizadas.

Pagar como siempre...   

Si durante todo el año la tienda admiste el pago con tarjeta, en rebajas también. Hay una excepción posible: que el comerciante de manera clara advierta la modificación en su política de pagos y retire el aviso que anuncie la aceptación de tarjetas de crédito como método de pago, si solo va a aceptar efectivo.

...y descambiar, también 

El comerciante deberá comunicar al comprador de manera clara e inequívoca la política de devoluciones del establecimiento. Por supuesto, no puede variarse durante el período de rebajas. Cuestión aparte, es el derecho de los establecimientos de excluir determinados productos de la devolución (por ejemplo, productos que puedan servir al consumidor para un solo uso –ropa de fiesta-, productos que puedan ser copiados o reproducidos, artículos de higiene, etc.). En cualquier caso, siempres es necesaria la presentación en el establecimiento del ticket o factura así como el cumplimiento de los  requisitos de devolución que pueda establecer el establecimiento.

Con garantía

El cliente tiene derecho a la garantía legal. Es suficiente el ticket o factura de compra.

Derechos y obligaciones también en la venta 'on line'

La venta online va ganando la partida, también en rebajas. Aquí, a los derechos y obligaciones básicos de los conumidores respeto a los derechos básicos de los consumidores se suman otros por las características del medio utilizado. En la venta de productos por internet, es un derecho de los consumidores desistir de la compra en un plazo mínimo de catorce días naturales a partir de la recepción del producto; existen determinadas excepciones a este derecho de devolución tales como productos personalizados o elaborados por encargo, los que estén precintados y no sean aptos para ser devueltos por razones de higiene, salud o protección de derechos de autor y que hayan sido desprecintados, entre otros.

Hay una regla de oro, sea o no período de rebajas: ser cautelosos con la identificación de la empresa responsable de la página web en la que se realiza la compra, la condiciones generales de contratación a través de la web y la seguridad del sitio, sobre todo teniendo en cuenta que se facilitan datos personales y bancarios.

Como en cualquier transacción, es de vital importancia conservar toda la documentación justificativa de la compra, sobre todo hasta que se reciba el artículo y termine su período de garantía.

La web debe explicar de forma muy clara las condiciones generales de contratación (entre otras, gastos de envío, política de devoluciones, etc); el derecho del consumidor a la protección de sus datos personales, facilitados para la compra así como a conocer la política de privacidad de la sociedad responsable de la página web; derecho a ser informado sobre el uso de cookies; derecho a compensación si la empresa se compromete a entregar el producto en un plazo determinado; el derecho a utilizar determinados medios de pago entre las alternativas propuestas así como a solicitar el pago a través de un medio seguro para la transacción.

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