La Audiencia de Sevilla ha condenado a 7 meses y 20 días de cárcel a un hombre que intentó robar en un local de San José de la Rinconada pero huyó al ser sorprendido por un vecino. La sentencia le absuelve de dos delitos posteriores por los que el fiscal pidió otros 20 años de cárcel: el robo a punta de navaja de un coche y el posterior incendio de ese vehículo bloqueando una vivienda y creando “un peligro real para la vida e integridad física de los vecinos”.

El único delito que la Audiencia considera probado es que sobre la 1.20 horas del 16 de enero de 2020, el acusado A.V.C., de 55 años, fracturó el cristal de un local de San José de la Rinconada y levantó la persiana metálica, pero al ser sorprendido por un vecino huyó del lugar.

Poco después la Guardia Civil lo encontró tirado en un banco, en “muy mal estado” debido al consumo de alcohol, pues “apenas se mantenía en pie, balbuceaba” y “no atinó a sacar la cartera del bolsillo cuando le pidieron que se identificara”.

Así las cosas, la Sección Séptima de la Audiencia, en una sentencia a la que tuvo acceso este periódico, considera que no hay pruebas de que fuese A.V.C. la persona que, entre 2.30 y 3 de la madrugada, acudió a la zona de aparcamientos del recinto ferial y, esgrimiendo una navaja de 7,5 centímetros, abordó de manera sorpresiva al conductor de un coche, le clavó superficialmente el arma en el pecho y de esta manera consiguió que huyese y hacerse con el coche.

Posteriormente, según la acusación de la Fiscalía, el procesado dejó el coche aparcado en una calle de  Alcalá del Rio y le prendió fuego, lo que puso en peligro la vida de los ocupantes de una vivienda cuya puerta de entrada quedó bloqueada y también de otros vecinos cuyas ventanas quedaron expuestas al humo.

15 años de cárcel por un incendio con riesgo para las personas

La abogada del acusado, Ana Isabel Rivero, explica a este periódico que la sentencia se basa en que el estado de embriaguez descrito por la Guardia Civil “hace inviable que A.V.C. condujera con normalidad el vehículo sustraído” hasta Alcalá del Río, situada a unos 15 kilómetros,  y que aparcara “con evidente pericia y control” junto al acerado, a escasos centímetros de la pared y perfectamente alineado, tal como revelan las fotografías aportadas a la causa.

Ello exigiría un control que “no puede predicarse en un individuo con la sintomatología descrita”, según los jueces. Unen a ello las “quiebras importantes en el reconocimiento” que hizo la víctima del robo, que impide alcanzar “la contundencia que exige un pronunciamiento condenatorio”.

El acusado se ha visto libre así de los dos principales delitos imputados por el fiscal: uno de robo con intimidación agravado por el uso de armas, por el que pidió 5 años de prisión, y otro de incendio con riesgo para las personas, con una petición de 15 años de cárcel.