La Catenaria

Lo que aprendió Sevilla con la línea 1 del Metro para impermeabilizar bien los túneles

  • Dos socavones consecutivos en 2005 junto al túnel de Los Remedios demostraron que las columnas de inyecciones de cemento (jet grouting) fallan en el suelo de Sevilla porque no frenan el paso del agua

  • Se cambió el sistema para impermeabilizar con pantallas de hormigón como solución definitiva   

  • Así se construyó la primera línea del Metro de Sevilla

Trabajos de reparación del segundo socavón (2005) en el Metro en Los Remedios.

Trabajos de reparación del segundo socavón (2005) en el Metro en Los Remedios. / De Lamadrid

Cómo impermeabilizar bien los túneles para hacer frente al intenso nivel freático de la ciudad y evitar que el agua inunde la estructura subterránea fue una de las grandes lecciones que aprendió Sevilla con la obra de la línea 1 del Metro, un trazado de 18 kilómetros que se ejecutó en más de seis años, desde junio de 2003 a septiembre de 2009. Este periódico contó con todo detalle lo que sucedió en la obra de la línea 1, y también fue testigo de aquellos socavones. Reproducimos aquí parte de los artículos que se publicaron entonces sobre las implicaciones de esos incidentes.

Los sustos del Metro en 2005 Los sustos del Metro en 2005

Los sustos del Metro en 2005 / Departamento de Infografía

El aprendizaje surgió a raíz de los dos socavones consecutivos, hundimientos del terreno, que aparecieron en Los Remedios en abril y mayo del año 2005 durante la construcción de los portillos de desagüe de los túneles.   

Los sustos del Metro en 2005 Los sustos del Metro en 2005

Los sustos del Metro en 2005 / Departamento de Infografía

Los socavones, que tuvieron lugar en la confluencia de República Argentina con Blas Infante (abril de 2005) y en el cruce de República Argentina con López de Gomara (mayo de 2005), se debieron a un fallo en el sistema de impermeabilización elegido para esta obra. Generaron una alarma considerable entre los vecinos y retrasaron la obra. Falló la técnica de columnas de cemento inyectado (jet grouting en el argot del sector) utilizada por la concesionaria para aislar de agua el túnel.

Ante tal evidencia, la Administración andaluza ordenó cambiar el sistema para impermeabilizar los túneles de la línea 1 y que no se utilizaran más las inyecciones de cemento para este fin. Esta técnica se cambió por un sistema más seguro.

(Pulse en la imagen para ampliar) (Pulse en la imagen para ampliar)

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El cambio de sistema constructivo tras dos socavones en la línea 1 del Metro de Sevilla. Pulse aquí para ver la noticia que se publicó en mayo de 2005. 

En la rueda de prensa convocada de urgencia, el entonces director general de la concesionaria Metro de Sevilla, Ricardo Álvarez, explicó que el problema se debió a que en el terreno de Sevilla no funcionaron, como se esperaba, las inyecciones de cemento que debían repeler el agua en el túnel de Blas Infante, donde se colocaron los llamados "portillos de desagüe". 

El máximo dirigente de la concesionaria admitió que el uso de inyecciones de cemento para impermeabilizar suelos se eligió por su eficacia en los metros de otras capitales españolas (Barcelona, Valencia y Madrid), y porque así lo aconsejaron “asesores de primera línea y los que entendíamos como los mayores especialistas en geotecnia” contratados por las constructoras que lideran la obra sevillana (Sacyr y Dragados).

El asesor de las constructoras, Carlos Oteo, catedrático de la Universidad Politécnica de La Coruña con despacho en Madrid, aconsejó dejar entre las pantallas laterales del túnel una separación de un metro de anchura, en lugar de sellar estas juntas con otra pantalla perpendicular. El hueco se rellenó con inyecciones de cemento (jet grouting) que debían impedir el paso del agua a la estructura del Metro, según explicó entonces la concesionaria.

Evitar el desvío de servicios afectados

¿Por qué se optó por las inyecciones de cemento en lugar de sellar el hueco con otra pantalla perpendicular de hormigón? La Junta de Andalucía explicó que con la primera solución se evitaba el desvío de más servicios afectados en esta zona: el cableado de fibra óptica, por donde circulan todos los servicios avanzados de telecomunicaciones (internet, telefonía fija, televisión y transmisión de datos en general).

El director gerente del ente público Ferrocarriles Andaluces, Teófilo Serrano, declaró que “el desvío de servicios hubiera causado una interferencia en la comodidad de los vecinos (de Los Remedios) que se entendió podía evitarse con pantallas de jet grouting”. En suma, la Junta optó por la vía más sencilla que evitaba aumentar el coste de la construcción y evitaba elevar unos plazos de obra que ya se dispararon en 2004 por la cantidad de tuberías y canalizaciones que tuvieron que desviarse de forma imprevista por las obras del Metro.

Tanto la Junta como el dirigente de la concesionaria insistieron en que las inyecciones de cemento no se habrían usado de haber sabido que fallaban en el terreno de Sevilla. Este método también fue secundado por el asesor geológico de la Junta, José María Rodríguez Ortiz, el experto contratado por la administración.

La solución fue construir pantallas de hormigón perpendiculares  

Tras el segundo socavón de Los Remedios la Junta ordenó duplicar las medidas de seguridad con pantallas perpendiculares de hormigón para sellar las juntas, y desechar por completo las inyecciones de cemento.

La gran pregunta que surgió entonces fue que ¿cómo era posible que surgieran dificultades por el agua en el suelo de Sevilla cuando se hizo un túnel en el mar entre Inglaterra y Francia? La clave está en la profundidad. La opción de un Metro ligero poco profundo (20 metros como máximo), como el que la Junta eligió para Sevilla, tiene el inconveniente de que el túnel se hace en un suelo arcilloso y acuoso.

El nivel freático (agua) está más cerca, con lo que hay que poner más medios y más presupuesto para evitar las filtraciones. La Junta admitió que este problema no hubiera sucedido si el túnel estuviera a 40 metrosde profundidad, en la capa impermeable de margas. El canal de la Mancha se hizo por eso a gran profundidad. Igual se hizo el Metro de San Petersburgo: una ciudad pantanosa.

La concesionaria del Metro sostuvo que impermeabilizar con pantallas de hormigón requería una maquinaria de mayor envergadura que suponía “matar moscas a cañonazos”, por lo que se optó inicialmente por el cemento.

Catedráticos sevillanos de prestigio como José Luis de Justo Alpañés, el máximo experto en el primerproyecto del metro de los 80, recordaron después del segundo socavón que se sabe desde hace tiempo que “es complicado y puede plantear problemas” impermeabilizar el suelo de Sevilla con jet grouting.  

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