Historias con alma

Un sevillista rompe a llorar en la radio al recordar la emotiva historia de su perro

Un sevillista rompe a llorar en la radio al recordar la emotiva historia de su perro

Un sevillista rompe a llorar en la radio al recordar la emotiva historia de su perro

La Radio es para muchas personas el medio de comunicación más puro que existe. La Radio crea risas, intimidad, respeto y nos deja historias alucinantes como la que contamos hoy en Mascotíssimas

Fue el pasado miércoles 26 de abril cuando en "Hoy por Hoy" de Cadena Ser un sevillista llamado Juan dio testimonio sobre el tema del que estaban hablando, que en esa ocasión era sobre las personas que pierden cosas. 

Juan empezó a relatar la historia de dos monedas de México y aunque inicialmente el tono en el que lo contaba era de risa, llegó un momento en el que recordó a su perro Trotsky y el silencio inundó la radio.

Leyó que una de las mejores formas de entrenar el "no perder las cosas" es buscar algo que cueste mucho e intentar no perderlo durante un año. Fue entonces cuando decidió poner las monedas en el cuello de su perro Trotsky (aunque no se acordaría dónde las había puesto hasta que las buscase un año después).

Fue su esposa Victoria quien le recordó que le puso esas monedas a su perro el día que el Sevilla ganó la UEFA. Pero por desgracia, Trotsky había desaparecido hacía ya un año tras salir huyendo asustado cuando vio que Juan había tirado un petardo.

Pero lo emotivo de esta historia comienza cuando Juan le cuenta a los comentaristas de radio que "una noche, Violeta, que nunca bajaba la basura ni la ha vuelto a bajar, va a tirar la basura. Me llamó por el telefonillo y me dijo: '¿a que no sabes quién está aquí abajo?' Y yo pensaba 'mi madre, mi padre, no sé'. Bajé y Trotsky estaba ahí. Ya tenía 19 años", recordaba Juan con la voz quebrada. 

Ese día lo bañó, jugó con él y le dio de comer. En el fondo Juan pensaba que su mascota había vuelto para decirle que no le guardaba rencor por tirar petardos. 

Cuando la periodista Ángels Barceló le preguntó si finalmente encontró las monedas, la respuesta de Juan les dejó sin habla: "Yo al día siguiente pensaba llevarlo al veterinario y todas esas cosas, pero se murió esa noche. Vino a casa a morirse y a perdonarme".

"Perdonad que me rompa", ha dicho Juan entre lágrimas, antes de relatar el final de la historia: "Cuando murió, dejé de escuchar el sonido que había estado escuchando desde que llegó a casa y al que no le había dado importancia. Pero cuando dejé de escucharlo, lo comprobé y efectivamente, en esa bolsita que llevaba al cuello, tenía las dos onzas de plata". "La verdad es que hubiese preferido estar con él", relataba a Cadena Ser.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios