Innovación y sostenibilidad: binomio indisoluble en la producción de cobre

La fuerte dependencia de Europa en el suministro de materias primas esenciales o la crisis energética generada por la invasión de Rusia a Ucrania, con un impacto significativo a escala mundial, han presentado retos inesperados para muchas compañías, incluyendo Atlantic Copper, que, a pesar de los imprevistos, ha demostrado su resiliencia, consolidando su liderazgo en la producción de un metal estratégico, el cobre refinado, para afrontar los grandes desafíos del siglo XXI.

Y es que la transición energética, la movilidad sostenible o la electrificación de las ciudades del presente y del mañana le otorgan a este metal milenario un protagonismo extraordinario, ya que se espera que la demanda de cobre aumente de los actuales 32 millones de toneladas a más de 55 millones de toneladas en 2050 (+2% anual). Con el impulso de estas tres tendencias, se estima que el consumo de cobre acumulado supere los 200 millones de toneladas en este período: 30 millones de toneladas se destinarán a cubrir las necesidades de urbanización de la población, 95 millones de toneladas a la electrificación de la movilidad, y el resto, a la generación eléctrica a partir de energías renovables.

En este contexto, Atlantic Copper es consciente de la importancia de impulsar nuevas metodologías y tecnologías en el procesado del mineral de cobre para ser más eficientes y sostenibles. Por ello, y desde hace más de 50 años, trabaja en la mejora continua y la adaptación a los retos del mercado, desarrollando proyectos e iniciativas que confirmen su apuesta y su compromiso en la construcción de un planeta mejor.

Innovación, talento y eficiencia

El binomio innovación-talento ha jugado en Atlantic Copper un papel esencial en los últimos 10 años porque, gracias a las continuas inversiones en proyectos de eficiencia energética y de mejoras ambientales (125 millones de euros en la década 2012-2022, aproximadamente), la empresa onubense ha logrado reducir el consumo unitario de energía en un 22%, convirtiéndose, en 2021, según la consultora Wood Mckenzie, en la fundición líder mundial en cuanto al menor consumo de energía por unidad de concentrado procesado. Actualmente, la compañía ha iniciado proyectos de mejora de eficiencia que persiguen reducir un 11% el consumo unitario de energía.

El pasado año, con los precios de la energía afectando de manera generalizada a la economía, Atlantic Copper cubrió el suministro de la electricidad para el 51% de su consumo a través de la autoproducción y de contratos a largo plazo (PPA) de fuentes renovables. De hecho, en la última década, la compañía ha disminuido las emisiones unitarias de CO2 en un 48%, unos logros que han sido posibles gracias a la innovación y a un sistema de gestión consolidado en el tiempo: Atlantic Copper fue la primera fundición de cobre del mundo en obtener la ISO 50001 en 2011. El objetivo para 2030 es reducir un 50% las emisiones directas e indirectas de CO2 respecto a 2018.

Además de la autogeneración de energía eléctrica, Atlantic Copper ha venido suscribiendo acuerdos de PPA desde 2018, construyendo una cartera de aprovisionamiento eléctrico de origen renovable que ya supone en la actualidad un 30% de las compras de energía eléctrica. En 2023, firmó un acuerdo con Capital Energy para el suministro de hasta 43.800 MWh anuales de electricidad de origen fotovoltaico al complejo metalúrgico de Huelva a partir de 2025 que le permitirá aumentar hasta el 42% la compra directa de electricidad de fuentes renovables, lo que se traducirá en una disminución del impacto ambiental.

Agua, pilar fundamental

En el capítulo de inversiones, además de la puesta en marca de propuestas relacionadas con el ahorro y la eficiencia energética, el agua, y su uso como elemento esencial del proceso de refino, forman parte de los objetivos de la compañía.

De hecho, Atlantic Copper lidera uno de los proyectos más importantes de Europa en cuanto a la reducción de la huella hídrica a escala industrial, la construcción de una planta depuradora conocida como “vertido cero” cuyo objetivo es el tratamiento conjunto de las diversas corrientes de efluentes generadas en las instalaciones de su Fundición de cobre de Huelva, con la intención de recircular la mayor parte de estas aguas.

El concepto de esta planta guarda similitudes con las desalinizadoras marinas utilizadas para producir agua potable puesto que el agua que alimenta la instalación proviene de las mencionadas corrientes de efluentes, y gracias a la aplicación de tecnologías de tratamiento específicas, se logra obtener agua con las características necesarias para su reutilización.

Para poner en marcha este proyecto, que cuenta con la cofinanciación del EIT Raw Materials de la Unión Europea bajo el nombre de Red_Scope, Atlantic Copper, en colaboración con Cetaqua y Aquatec (grupo Veolia), realizó estudios exhaustivos a escala de laboratorio evaluando hasta 61 tecnologías emergentes con potencial de uso, de las cuales cuatro han pasado a la fase de ensayos a escala piloto.

La planta, cuya construcción la ejecuta la UTE formada por las empresas Veolia y Lantania, entrará en funcionamiento en 2024 y, con su puesta en marcha, Atlantic Copper aspira a recuperar aproximadamente 790.000 metros cúbicos de agua al año, equivalente al consumo de agua de un municipio de alrededor de 15.000 habitantes en el mismo período.

Más ‘circular’

Pero, además del calor y el agua, Atlantic Copper ha dado un nuevo paso adelante para dar también una segunda vida a los metales más valiosos. La gran apuesta de la empresa andaluza se centra en el Proyecto ‘CirCular’, uno de los hitos más importantes en los más de 50 años de la compañía. Con una inversión de 310 millones de euros, la empresa onubense ha comenzado la construcción de una innovadora planta con capacidad de tratamiento de unas 60.000 toneladas al año de las fracciones metálicas no férreas presentes en los aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que han alcanzado el final de su vida útil y que han sido previamente tratados por gestores autorizados. El objetivo de ‘CirCular’ es recuperar metales considerados esenciales por la UE, como el cobre, oro, plata, paladio, platino, estaño y níquel para afrontar los retos de la transición energética y digital.

En 2022, se generaron cerca de 60 millones de toneladas de RAEE en todo el mundo y, según las previsiones, alcanzará los 74,7 millones de toneladas en 2030. Este aumento progresivo se debe principalmente al notable incremento de los aparatos electrónicos y eléctricos que se ponen en el mercado, así como, a los ciclos de vida cada vez más cortos y las limitadas opciones de reparación de estos equipos electrónicos odas estas tendencias provocan que la categoría de residuos electrónicos sea la que más rápido crece en todo el mundo.

El proyecto de Atlantic Copper posibilitará un incremento del reciclaje de los RAEE generados en España fomentando un mayor desarrollo del tejido empresarial en torno a su reciclado y gestión.

Menor impacto ambiental

Además, la empresa inició en 2022 un proyecto de I+D en consorcio denominado RENEW (Re-cycling of Epoxy from Non-ferrous E-Waste), incentivado por el EIT Raw Materials, cuyo objetivo es la validación de tecnologías de separación de la fracción orgánica (resinas epoxi) presente en los circuitos impresos (PCB’s) obtenidos de los RAEE y de reciclaje de misma para la síntesis de otros compuestos orgánicos. De esta forma se conseguiría, entre otros objetivos, aumentar la concentración de metales en los materiales a tratar en el proyecto ‘CirCular’ reduciéndose la huella de carbono del mismo.

El proyecto también llevará a cabo iniciativas de concienciación; por ejemplo, se creará un punto piloto de recogida de RAEE para aumentar las cantidades de recogida de pequeños residuos y acoger campañas informativas para el fomento de la cultura de la sostenibilidad. Además, se elaborará una guía de “diseño para el reciclaje”.

Con cada paso hacia delante, Atlantic Copper sigue mostrando que la responsabilidad social y la sostenibilidad están en su ADN, como parte de su estrategia perfectamente alineada con las demandas y exigencias de la sociedad actual. Y así trabaja, para ser una empresa competitiva y socialmente responsable en un entorno globalizado, afrontando los desafíos y ayudando a construir un mundo equitativo, respetuoso con el medio ambiente y próspero para las generaciones futuras.