Los neumáticos son una parte fundamental del coche y también una de las que más fallan en verano. Al igual que de pequeño aprendemos a atarnos los cordones y en casa tarde o temprano aprendemos a colgar un cuadro, si nos adentramos en el mundo del motor, el mantenimiento y cambio de las ruedas es la gran asignatura pendiente para evitarnos pasar alguna que otra hora de tensión en la carretera.
Cada vez que nos disponemos a conducir un vehículo es fundamental comprobar que las ruedas estén en buen estado para evitar accidentes o riesgos innecesarios. Más aún en verano. Es importante revisar los neumáticos de forma periódica, algo que no hace casi la mitad de los conductores españoles. Y en el caso de que nos surja un contratiempo en forma de pinchazo o reventón, estar preparado con nuestra rueda de repuesto para cambiarlo de una forma segura sin tener que acudir al servicio de asistencia en carretera. Así, expertos en la materia de Oscaro ofrecen los diez pasos fundamentas para poder cambiar las ruedas de tu coche con éxito.
Al darnos cuenta de que hemos pinchado o tenemos el neumático en mal estado hay que estacionar el coche en un lugar seguro y con buena visibilidad.
Activar las luces de emergencia, ponerse el chaleco reflectante antes de salir del vehículo y colocar el triángulo de emergencia a una distancia de 50 metros.
Antes de empezar a cambiar los neumáticos del vehículo, primero deberás tener el equipamiento necesario para ruedas: Un gato, llaves de cruz, llaves de las tuercas de seguridad de los neumáticos y, como no, el neumático de repuesto.
Cuando tengas todas las herramientas el proceso comienza retirando el tapacubos de la rueda que tengas que cambiar, tirando de él. Al retirarlo podrás ver las tuercas que sostienen la rueda, donde deberás colocar la llave de cruz y empezar a aflojarlas (pero sin retirarlas completamente). Es importante que lo hagas siguiendo el sentido contrario a las agujas del reloj.
Una vez se encuentren aflojadas las tuercas, deberás elevar el coche usando el gato, que deberá ir debajo del vehículo usando como referencia las marcas que encontrarás en las puertas del coche.
Lentamente tendrás que girar la manivela hasta que el coche se levante y la rueda que quieras cambiar no se encuentre pegada al asfalto.
Después usa la llave de cruz y retira por completo los tornillos para quitar el neumático.
Una vez retirada la rueda dañada, toca colocar la rueda de repuesto, para lo cual habrá que empezar comprobando la posición para que coincidan los agujeros de los tornillos que irán colocados después.
Apretar los tornillos hasta que el neumático se sostenga por sí mismo para posteriormente apretar un poco las tuercas siguiendo el sentido de las agujas del reloj.
Por último, tendrás que descender el vehículo girando la manivela del gato en el sentido contrario hasta que la rueda toque el suelo. Cuando retires el gato de debajo del coche, deberás usar de nuevo la llave de cruz para apretar los tornillos hasta que queden completamente fijados, y así se sostengan correctamente.
Una vez que pongamos la rueda de repuesto hay que tener en cuenta que sus prestaciones son, por lo general, diferentes a la de un neumático de serie y hay que tener más precaución a la hora de conducir.
Si la rueda de repuesto es igual a las del coche (algo poco habitual) no cambiaría nada. Eso sí, es importante saber que lo que se recomienda es arreglar el pinchazo y volver a colocar la antigua para mantener las cuatro ruedas igual o sustituir el juego de ruedas directamente y estrenar las cuatro ruedas.
Si conducimos con una rueda de repuesto más pequeña se recomienda no superar los 80 km/hora a lo largo de un máximo de 200 kilómetros
Si, por el contrario, la rueda de repuesto es de menor tamaño, como suelen ser habitual, cuando conduces provisionalmente con ella debes tener cuidado tanto con la velocidad, como con los kilómetros recorridos. Se recomienda no superar los 80 km/hora a lo largo de un máximo de 200 kilómetros.
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