Conducir a 150 km/h: la única excepción legal por la que se puede ir a esa velocidad en España

La DGT contempla una situación específica donde se permite superar el límite habitual de 120 km/h en autopistas, aunque bajo condiciones muy estrictas y solo para ciertos vehículos

¿A qué velocidad real saltan los radares de 120 km/h?

Varios coches circulan por una autovía
Varios coches circulan por una autovía / Europa Press

Los límites de velocidad en España están claramente definidos por la Dirección General de Tráfico (DGT), con un máximo de 120 km/h en autopistas y autovías que la mayoría de conductores conoce perfectamente. Sin embargo, existe una excepción poco conocida que permite alcanzar los 150 km/h en determinadas circunstancias sin riesgo de sanción. Esta particularidad, recogida en la normativa oficial, establece un caso muy específico en el que se autoriza superar la velocidad máxima habitual, aunque bajo condiciones extremadamente controladas.

La legislación vigente en materia de tráfico y circulación, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), establece claramente los límites genéricos de velocidad: 120 km/h en vías rápidas como autopistas y autovías, 90 km/h en carreteras convencionales, y límites más reducidos en zonas urbanas. No obstante, la propia normativa contempla casos especiales donde estas restricciones pueden modificarse, tanto a la baja —mediante señalización específica en tramos peligrosos— como excepcionalmente al alza, permitiendo alcanzar los 150 km/h.

La única situación en la que se permite circular legalmente a 150 km/h en territorio español corresponde a los vehículos en periodo de pruebas por parte de fabricantes o empresas del sector. Esta excepción no es arbitraria ni está al alcance de cualquier conductor, sino que responde a necesidades técnicas específicas y requiere una autorización administrativa previa por parte de las autoridades competentes.

¿Cómo funciona la autorización para circular a 150 km/h?

El permiso para circular a esta velocidad excepcional está estrictamente regulado y solo se concede a fabricantes de automóviles o empresas del sector que necesitan realizar pruebas de rendimiento, seguridad o comportamiento dinámico en sus vehículos. Para obtener esta autorización, las compañías deben presentar una solicitud formal ante la DGT, justificando la necesidad técnica de superar los límites convencionales durante las pruebas.

Una vez concedido el permiso, los vehículos en pruebas deben cumplir con una serie de requisitos de identificación para garantizar que son reconocibles por otros usuarios de la vía. Entre estas medidas destaca la obligatoriedad de circular con la señal V-12 claramente visible, un distintivo que indica a otros conductores y a las autoridades que ese vehículo está realizando pruebas autorizadas.

Además, estos automóviles suelen llevar franjas o vinilos característicos que facilitan su identificación a distancia. Esta señalización no es meramente decorativa, sino una medida de seguridad fundamental para advertir al resto de usuarios de la vía de la posible circulación a velocidades superiores a las habituales.

Restricciones y limitaciones de la excepción

Aunque la normativa permite circular hasta 150 km/h en estos casos, existen importantes restricciones que acotan dónde y cuándo se puede hacer uso de esta excepción. En primer lugar, queda terminantemente prohibido superar los límites convencionales en travesías, vías urbanas o tramos con señalización específica que indique una velocidad máxima inferior.

La autorización se limita exclusivamente a vías interurbanas de alta capacidad, principalmente autopistas y autovías, y siempre respetando cualquier señalización circunstancial que pudiera existir. De este modo, aunque un vehículo cuente con el permiso para circular a 150 km/h, deberá respetar los límites inferiores que pudieran encontrarse en determinados tramos por obras, condiciones meteorológicas adversas u otras circunstancias.

Otro aspecto fundamental es que estos vehículos únicamente pueden ser conducidos por el titular del permiso especial o por personal contratado específicamente para realizar las pruebas. Se trata habitualmente de conductores profesionales con formación especializada en pruebas de alta velocidad, capaces de manejar vehículos en condiciones extremas con total seguridad.

El propósito de las pruebas a alta velocidad

Las pruebas a velocidades elevadas resultan imprescindibles en el desarrollo y homologación de nuevos modelos de vehículos. Los fabricantes necesitan verificar el comportamiento de sus automóviles en condiciones exigentes para garantizar la seguridad, estabilidad y fiabilidad a cualquier velocidad legal en cualquier país del mundo.

Durante estas pruebas se analizan aspectos como la respuesta de la dirección, la eficacia de los frenos, la estabilidad en recta y curva, el comportamiento aerodinámico o la refrigeración del motor, entre otros parámetros técnicos. Todos estos elementos resultan críticos para garantizar la seguridad de los vehículos cuando son comercializados al público general.

Además, no debemos olvidar que aunque en España el límite máximo sea de 120 km/h, existen otros países como Alemania donde determinados tramos de autopista (las famosas Autobahn) no tienen límite de velocidad. Los fabricantes deben asegurar que sus vehículos responden correctamente incluso a velocidades muy superiores a las permitidas en nuestro país.

¿Qué ocurre si un conductor particular supera los 150 km/h?

Fuera de esta excepcional situación, circular a 150 km/h o más en cualquier vía española constituye una infracción muy grave que conlleva severas sanciones. Según el actual baremo de la DGT, superar en más de 30 km/h los límites establecidos implica una multa de 300 euros y la pérdida de 2 puntos del carné de conducir.

Si la velocidad supera en más de 40 km/h el límite (por ejemplo, circular a más de 160 km/h en una autopista), la sanción asciende a 400 euros y 4 puntos. En casos extremos, cuando se sobrepasa en más de 60 km/h el límite establecido, podríamos hablar de un delito contra la seguridad vial contemplado en el Código Penal, con penas que pueden incluir prisión, trabajos comunitarios y retirada del permiso de conducción.

La importancia de respetar los límites de velocidad

La DGT insiste constantemente en la importancia de respetar los límites de velocidad como medida fundamental para reducir la siniestralidad en carretera. Según los datos oficiales, la velocidad inadecuada está presente en aproximadamente un 20% de los accidentes mortales, siendo uno de los principales factores de riesgo junto con el consumo de alcohol y el uso del móvil al volante.

Los límites establecidos no son arbitrarios, sino que responden a estudios técnicos que tienen en cuenta factores como el trazado de la vía, la visibilidad, el estado del firme y, sobre todo, la capacidad de reacción humana y las leyes de la física que determinan la distancia de frenado a diferentes velocidades.

Por todo ello, aunque resulte interesante conocer que existe una excepción legal para circular a 150 km/h, conviene recordar que se trata de un supuesto extremadamente restringido, pensado exclusivamente para pruebas técnicas controladas y nunca accesible al conductor particular, por muy experimentado que sea o por muy potente que resulte su vehículo.

stats