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Fracasan las negociaciones en Bolivia entre Evo Morales y los opositores

  • Tras diez horas de diálogo, el Gobierno boliviano intentará ahora en el Congreso Nacional conseguir los consensos necesarios para que se apruebe la ley de convocatoria de la consulta constitucional

El presidente Evo Morales y sus opositores autonomistas concluyeron en la madrugada del lunes el llamado "diálogo nacional" sin haber logrado acuerdos sobre la crisis del país, tras 18 días de negociaciones bajo la observación de organismos internacionales.

Los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca dieron por culminado el proceso tras negarse a firmar un documento propuesto por Morales para hacer viable la convocatoria del referéndum constitucional y aprobar los avances conseguidos en las mesas técnicas.

La propuesta sí fue suscrita por los gobernadores de Oruro, Potosí, La Paz, Cochabamba y Pando, todos oficialistas.

La nueva Constitución que impulsa Morales para refundar el país y que está pendiente de ratificación en referéndum fue de nuevo el principal obstáculo para cerrar un acuerdo político entre el Gobierno y sus opositores.

No obstante, el Gobierno de Morales intentará ahora en el Congreso Nacional conseguir los consensos necesarios para que se apruebe la ley de convocatoria de la consulta constitucional.

Según explicó el ministro de Desarrollo Rural, Carlos Romero, pese a la negativa de los prefectos de firmar un acuerdo, el Gobierno mantiene su voluntad de recoger "suficientemente" en el nuevo texto constitucional las "observaciones" de los autonomistas.

A pesar del fracaso del proceso de diálogo, los gobernadores opositores se mostraron satisfechos de que al menos esta etapa de negociación haya servido para pacificar el país.

El llamado "diálogo nacional" se inició en Cochabamba el pasado 18 de septiembre tras una ola de protestas promovidas por los opositores después del referendo revocatorio del 10 de agosto, en el que Morales quedó ratificado con un 67,4% de apoyo.

Pero estas movilizaciones derivaron en una ola de violencia en el sureste del país durante el mes de septiembre. El capítulo más grave se produjo en el norteño y amazónico departamento de Pando donde un enfrentamiento armado entre autonomistas y oficialistas acabó con la muerte de unas 18 personas, la mayoría campesinos afines a Morales.

Para intentar pacificar el país, Morales y los opositores abrieron una mesa de diálogo, que ha quedado en fracaso a pesar incluso de la labor "facilitadora" de organismos como la OEA, Unasur, la Unión Europea y las iglesias católica, metodista y evangélica.

Tras las 10 últimas horas de negociación durante la noche, el Gobierno de Bolivia asegura que modificará en el Congreso unos 30 artículos referidos a las autonomías de su proyecto de Constitución antes de someterlo a referéndum pese a que no firmó acuerdo alguno con los gobernadores, según fuentes oficiales.

El nuevo sistema de descentralización política dispondrá de tres niveles de autonomía: departamental, municipal e indígena; jerárquicamente iguales y con competencias legislativas, según la agencia estatal ABI.

El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, declaró a Red Uno que "antes del referéndum" se van a incorporar al proyecto constitucional las mejoras conseguidas en el diálogo.

Tras el fracaso de la ronda de diálogo, la futura pacificación de Bolivia está ahora en manos de su Congreso Nacional.

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