Barack Obama se mostró ayer frustrado por el empate en la votación del Tribunal Supremo, que se traduce en un bloqueo del decreto migratorio que pretendía frenar la deportación de migrantes indocumentados del país. El empate entre cuatro votos a favor y cuatro en contra y el fracaso a la hora de alcanzar una decisión, "no sólo retrasa aún más el sistema, sino que nos aleja del país que aspiramos a ser", dijo el presidente de EEUU.

"Esta decisión es frustrante para quienes buscan un crecimiento económico y llevar la racionalidad a nuestro sistema migratorio, permitiendo que la gente salga de las sombras", señaló Obama, quien además afirmó que la decisión de la Corte refleja la necesidad de nombrar a un noveno magistrado. El Tribunal Supremo sólo tiene ahora ocho tras la muerte de Antonin Scalia a principios de año.

El caso llegó al Supremo después de que un tribunal menor anulara el decreto en 2014, que evita la deportación de muchos residentes indocumentados cuyos hijos nacieron en suelo estadounidense y les garantiza permisos de trabajo.