La retórica bélica no deja de aumentar en Corea del Norte, donde su líder Kim Jong-un celebró una reunión de emergencia con la cúpula del Ejército y ordenó alistar para el combate los misiles estratégicos a fin de atacar bases en Estados Unidos, informaron medios estatales del país comunista. Se trata de una reacción a los ejercicios militares conjuntos que Estados Unidos realiza con Corea del Sur, en los que el jueves participaron dos bombarderos B-2 de la Fuerza Aérea estadounidense capaces de transportar armas nucleares. En la reunión celebrada por la noche se ordenó que los misiles puedan ser "lanzados" en cualquier momento para alcanzar objetivos en el área continental de Estados Unidos así como bases militares en Hawai, Guam y otras regiones en el Pacífico, además de Corea del Sur.
Pyongyang volvió a acusar a Estados Unidos de estar preparando una guerra nuclear. En su opinión, Estados Unidos quiere imponer un ultimátum con los vuelos por la zona de los bombarderos B-2. Es por ello, sentenció Kim Jong-un, que "ha llegado la hora de ajustar cuentas con los imperialistas estadounidenses", informó la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA. Las acciones hostiles de Estados Unidos están yendo "más allá de la fase de amenaza y chantaje", cita la misma agencia al líder norcoreano.
Decenas de miles de civiles y soldados norcoreanos protagonizaron después una manifestación masiva en la capital Pyongyang para apoyar la orden del líder, informó la televisión estatal. El régimen norcoreano organiza regularmente este tipo de actos para mostrar unidad entre la cúpula y el pueblo. En vista de las tensiones, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió hoy en contra del "juego de fuerza militar" y alertó que la situación se puede salir de control, informo la agencia de noticias rusa Interfax. El ministro indicó además que Rusia ve con preocupación la actividad militar en la región. "Eso conduce a un círculo vicioso", señaló Lavrov, quien agregó asimismo que las tensiones no debería ser utilizadas para solucionar temas geopolíticos en la región por la vía bélica. Las tensiones, agregó, deberían enfocarse hacia el diálogo, pidió Lavrov. Corea del Norte comparte frontera con Rusia.
Las tensiones en la península coreana crecieron sensiblemente desde el tercer test nuclear realizado por Pyongyang en febrero, seguido de nuevas sanciones por parte de la ONU y ejercicios militares conjuntos de Seúl y Washington, a lo que Corea del Norte respondió suspendiendo el acuerdo de alto el fuego con su vecino del sur que puso fin a la guerra de Corea en 1953 y con numerosas amenazas de ataques. El martes pasado, la cúpula mayor del Ejército ya colocó a todas las unidades de artillería y de misiles de estratégicos a prepararse en el "máximo nivel de alerta".
El jueves la Casa Blanca insistió en que las maniobras en Corea del Sur son ejercicios de defensa. Estados Unidos, está "codo con codo con su aliado Corea del Sur". El secretario de Estado norteamericano John Kerry viajará la próxima semana a Seúl, Tokio y Pekín para conversar sobre la situación en la península coreana.
El martes, Corea del Norte cortó la única comunicación telefónica militar con Corea del Sur y habló de la posibilidad del inicio de una guerra "en cualquier momento". Pese a ello, cientos de surcoreanos fueron el jueves y el viernes a trabajar en el parque industrial común situado en la ciudad fronteriza de Kaesong, en Corea del Norte. A través de esa comunicación militar se regulaba, entre otras cosas, el tráfico de surcoreanos al complejo industrial. Los analistas creen que Pyongyang quiere mantener de momento la actividad del mismo, ya que supone una importante fuente de divisas para el país y da trabajo a muchos norcoreanos. En el complejo operan unas 120 empresas surcoreanas.
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