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Rasmussen confía en ceder la seguridad a los afganos a medio plazo

  • El nuevo secretario general de la OTAN dice que la alianza atlática seguira en el país asiático mientras sea necesario.

El nuevo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confió este lunes en que las autoridades afganas puedan hacerse cargo del control de la seguridad del país durante su mandato, pero dejó claro que las fuerzas aliadas seguirán en Afganistán mientras sea necesario.

En la presentación de sus prioridades al frente de la Alianza, el ex primer ministro danés subrayó el compromiso de la OTAN con el futuro de Afganistán, pero recalcó que el resto de la comunidad internacional también debe asumir sus responsabilidades.

"La OTAN hará su parte, pero no podemos hacerlo solos", indicó Rasmussen, quien abogó por impulsar un "enfoque global", intensificando la colaboración de las fuerzas militares con las organizaciones civiles presentes en Afganistán, con el objetivo de desarrollar sus instituciones democráticas.

"Afganistán necesita más entrenadores y más apoyo civil para construir sus instituciones", señaló, y añadió que también hay que ofrecer a los afganos mejores oportunidades de vida.

Año determinante en el país

Rasmussen subrayó que éste es un año clave para Afganistán, y destacó la contribución de la OTAN para que las elecciones presidenciales que comienzan el 20 de agosto tengan lugar en un clima de libertad y credibilidad.

Se mostró convencido de que la misión internacional en el país será un éxito, aunque reconoció que "no va a ser fácil".

En los últimos meses y ante la cita electoral, los talibanes han redoblado sus ataques y hoy mismo se ha producido un atentado en Herat, donde hay desplegadas tropas españolas, en el que han muerto al menos diez personas.

Relaciones con Rusia

Sobre la relación de los aliados con Rusia, la "segunda prioridad" que se ha marcado, Rasmussen confió en que sea ventajosa para ambas partes y recordó a Moscú la importancia de respetar la integridad territorial de sus países vecinos.

Hizo hincapié en las áreas de "interés común", como la lucha contra el terrorismo y la piratería y la no proliferación de armas, y dijo que trabajará para convencer al pueblo y a los mandatarios rusos de que "la OTAN no es un enemigo".

"No soy un soñador", destacó y agregó: "habrá asuntos fundamentales en los que no vamos a estar de acuerdo".

Admitió que la guerra en Georgia del pasado verano tuvo un "impacto muy negativo" en las relaciones bilaterales y que "ha sido muy difícil volver al trabajo", pero confió en que sus diferencias "no envenenen la relación".

Como tercera prioridad, Rasmussen apuntó a los países del Mediterráneo, con los que espera construir un diálogo basado en el "respeto mutuo, la comprensión y la confianza".

"Me comprometo personalmente al diálogo con todos ellos, a escuchar sus puntos de vista", dijo y avanzó que planea reunirse pronto con los embajadores de esos países.

Sobre su posición durante la llamada "crisis de las caricaturas" de Mahoma, que causó cuando era primer ministro de Dinamarca un grave incidente diplomático entre su país y el mundo musulmán, consideró que está superada, y abogó por profundizar en las relaciones con los países de esa confesión.

En cuanto a Kosovo, Rasmussen confirmó la retirada progresiva de las tropas aliadas, destacó el "éxito" de esa operación y la puso como ejemplo para Afganistán.

"La operación en Kosovo es una historia de éxito, un buen ejemplo de cómo la OTAN y la ONU pueden trabajar juntas", indicó y desvinculó la salida de soldados de esa zona con el aumento de tropas en Afganistán.

Rasmussen también reafirmó los planes de ampliación de la Alianza con nuevos socios del este de Europa, pese a que esta cuestión es uno de los principales motivos de fricción con Rusia.

Revisión estratégica

Manifestó, asimismo, su intención de revisar el concepto estratégico de la Alianza, que tiene ya diez años, un tiempo en el que la OTAN "ha duplicado su tamaño y ha impulsado nuevas misiones".

Para ello, anunció la designación de doce expertos, liderados por la ex secretaria de Estado de Estados Unidos Madeleine Albright, para efectuar una consulta "lo más amplia posible" en el seno de la OTAN, los gobiernos, ONG y otras organizaciones internacionales.

Rasmussen pretende que la Alianza sea más transparente y participativa, por lo que también ha iniciado una consulta pública a través de la página web de la organización, donde "todo el mundo podrá exponer sus puntos de vista" para determinar "lo que la OTAN deberá ser en el futuro".

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