Guerra en Ucrania

Los bálticos temen sufrir las consecuencias del retraso de la ayuda a Kiev

Un hombre graba con su móvil los daños provocados por un dron en un edificio residencial de Kiev.

Un hombre graba con su móvil los daños provocados por un dron en un edificio residencial de Kiev. / OLEG PETRASYUK (Efe)

Los países bálticos, los mayores contribuyentes de asistencia militar a Ucrania en relación a su PIB, temen que el retraso en la ayuda a Kiev por parte de EEUU y la Unión Europea dé argumentos a Rusia no sólo para alargar su guerra en el país vecino, sino también para acercar su agresión a la región en los próximos años.

"Los países bálticos se están dando cuenta de una realidad nueva e inquietante. El nerviosismo es palpable, nunca había visto tantas referencias a la seguridad y la inseguridad en el discurso público", dijo a Efe Juri Estam, comentarista político estonio-estadounidense que vive en Tallin desde principios de los años 90.

Estam, que sirvió en el Ejército estadounidense cuando era joven, recordó lo que le dijo un antiguo alto cargo estonio recientemente: "tenemos dos o tres años antes de que haya problemas graves".

El peor escenario: Trump y una guerra congelada

El peor escenario para los bálticos sería que la guerra en Ucrania se convirtiera en un conflicto congelado mediante un alto el fuego que permita a Rusia rearmarse y que Donald Trump sea elegido presidente de Estados Unidos el próximo año, según los analistas.

La región teme que una victoria del ex presidente en los comicios del próximo 5 de noviembre venga acompañado de un debilitamiento del rol de EEUU en la OTAN o incluso de su retirada, lo que abriría el camino a provocaciones rusas o un ataque a los países bálticos.

"Tenemos que comportarnos como si estuviéramos en guerra", recalcó el ex ministro de Defensa de Letonia, Artis Pabriks, también jefe del Centro de Políticas del Norte de Europa, un grupo de expertos relacionado con la seguridad.

En declaraciones a Efe, Pabriks dijo que de las decisiones que tomen Washington y Bruselas depende ahora que el presidente ruso, Vladimir Putin, tenga o no argumentos "para continuar la guerra al menos hasta finales de 2024".

Los republicanos en el Senado de EEUU bloquean un paquete de ayuda de 61.400 millones de dólares para Ucrania, en tanto que Hungría veta una asistencia de 50.000 millones en la UE.

Tony Lawrence, jefe del Programa de Política y Estrategia de Defensa del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad (ICDS), respaldado por el Gobierno estonio, indicó a Efe que "la pérdida del apoyo de EEUU podría claramente limitar el alcance y las oportunidades de Ucrania para acciones futuras".

Rusia, de recibir un respiro, se reabastecerá y reconstruirá, mientras que Ucrania, cuya contraofensiva no ha logrado los avances que esperaba, tendrá que adoptar una postura defensiva antes de volver a lanzar operaciones ofensivas a mayor escala.

"Las difíciles discusiones en la UE significan que las sociedades occidentales se cansarán más rápido que Rusia", advierte también Pabriks a Efe.

No sólo se trata del veto húngaro a la ayuda para Ucrania, sino, como recuerda Aivars Ozoliņš, comentarista del semanario independiente letón IR, también hubo un veto inicial del presidente búlgaro, Rumen Radev, a la donación de 100 blindados a Ucrania y hay un bloqueo de camiones ucranianos en la frontera polaca.

"Sólo la derrota en Ucrania puede detener a Rusia. Mientras los países occidentales no declaren esto como el objetivo de su política, Putin tendrá esperanzas de al menos no perder la guerra", sentenció.

Mejor capacidad de defensa

Después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022, los tres países bálticos decidieron aumentar sus capacidades militares, una medida que recientemente se ha visto acelerada ante la incertidumbre sobre el apoyo de Estados Unidos y la UE a Ucrania.

Letonia, Lituania y Estonia han anunciado importantes compras de sistemas de armas en los últimos meses, entre ellos sistemas de lanzacohetes múltiples Himars y misiles Atacms que pueden alcanzar objetivos a 300 kilómetros de distancia, o misiles antiaéreos y antibuques por cientos de millones de euros.

Pabriks sostiene que el Gobierno de centroizquierda de la primera ministra Evika Siliņa hace lo correcto cuando aumenta las capacidades militares de Letonia con la compra de armas y un plan que permite reclutar a hombres de hasta 27 años, pero considera que también debería poner la economía en condiciones de guerra.

Es algo que otros países occidentales también deberían estar haciendo, recomendó.

En un editorial reciente, el periódico estonio Postimees escribió que "Estonia no tiene otra opción que continuar el camino que ya ha iniciado, es decir, aumentar aún más sus capacidades de defensa y convencer a sus aliados de la necesidad de ayudar a Ucrania".

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